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130 boleitn de la Real ylcaaemia Sa?leg?
otra, nada menos que D. Ram?n de Leys y Saco, Regidor perpetuo y
Alcalde primero, en aquella saz?n, de esta ciudad de Compostela.
Dar? cuenta por separado de lo que en ambos se manifestaba.
I
Dec?an en el primero sus firmantes, que siendo muy numeroso el
concurso de alumnos en la Universidad de Santiago, jam?s hab?a
ocurrido que de mil o dos mil de ellos perdiesen el curso treinta o
cuarenta; y que el beneficio del gran n?mero de concurrentes a la Es
cuela Compostelana, ?iba a desaparecer por un medio indirecto y vio
lento, y acaso dentro de pocos a?os ?, gracias a los procedimientos del
Dr. Font?n, quien, ?bajo el pretexto de una aparente justificaci?n ?,
trataba de que los estudiantes se desesperasen y la Universidad per
diese su opini?n. Afirmaban que tal fin le era f?cil a Font?n conse
guirlo, por ser indispensable a cuantos se dedicaban a la carrera literaria
el estudio de la Filosof?a elemental o Matem?ticas elementales, cuya
ensefanza estaba confiada a aqu?l. No saliendo los 'alumnos de este
primer paso, les era forzoso abandonar su carrera.
Como prueba de las afirmaciones hechas, y lanzando de paso
grave acusaci?n contra el autor de la carta geogr?fica de Galicia, ma
nifestaban que de ciento ochenta y dos disc?pulos que ?ste acababa
de tener, tan s?lo setenta y cuatro hab?an ganado curso, y eso gracias
a una pasant?a dada por Font?n en su casa (servicio por el cual le
hab?an pagado dos reales diarios) o a otros ? motivos e inteligencias
parciales ?. Y se preguntaban con asombro los exponentes c?mo era
posible que entre los ciento ocho reprobados no hubiese algunos m?s
instruidos que los setenta y cuatro felices ganadores del curso.
En consecuencia de las sentadas premisas, pretend?an se sujetase
a los reprobados a un nuevo examen que deb?an verificar ante el doc
tor nombrado por el Rey o elegido por el Claustro; y ped?an, si era
posible, se les sometiese a un juicio comparativo con los que hab?an
salido victoriosos de las pruebas acad?micas. En otro caso, es decir,
si no se acced?a a su s?plica, tanto los j?venes reprobados como sus
padres, prefer?an, seg?n pat?ticamente expresa el documento que
puntualmente voy siguiendo, ?ser sumergidos en la ignorancia a sa
crificarse v?ctimas del genio y car?cter duro, exaltado, lleno de furia
y enemigo de sus semejantes, que atribuyen a Font?n, de quien,