.82 $olettn de la Real Academia Gallega
no pueda admitirse m?s que en? la forma en que el propio Siret
la establece, d?ndole a los diferentes servicios que sucesivamente
les asigna, tan s?lo el car?cter de preferencia.
Con esto llega, como es natural, y apoyado a mayor abunda
miento en el doble anillo de las hachas de los ?ltimos tiempos (del
tipo ib?rico de D?chelette), que implica la simetr?a en las ataduras,
a la afirmaci?n de lo que Cartailhac (1) muchos a?os antes supu
siera, de que estas hachas eran azuelas, azadillas y azadas (her
, minPttes, hogaux, pioches), herramientas en una palabra. El argu
`E @g
~kE~ ~ 6~k~E~c6.~.
*0 W.
Figura 10.?Manera de enmangar las hachas de tal?n de anlllos ?
(B y C, de la obra de Siret, con ligeras variantes.)
mento de las dos asas es, indudablemente, de importancia, y para
Siret, definitivo, tanto que no le convencen los razonamientos de
F?lix Alves Pereira (2), al suponer a estas hachas, de filo paralelo
al mango, y al efecto nos ofrece los dibujos del enmangamiento de
las hachas de doble anillo, tal como Alves lo supone y como ?l
cree que fu?, (figura 10, B y C, respectivamente).
Sin embacgo, no creemos que puedan admitirse en absoluto y
con car?cter de exclusiva, ni la una ni la otra manera de enman
gar estas hachas. En efecto, partiendo de la adici?n de un anillo a
las de tal?n, como un perfeccionamiento del tipo para dar mayor
(1) Les ages prehistoriques de l'Espagne et du Portugal; Par?s, 1886. ?
(2) Machados de duplo anel, p?gina 136 de 0 Archeologo Por
fugu?s, 1903.