LETRAS DE DUELO 109
a Poyo es de una categor?a excepcional, m?s que por la can
tidad de vol?menes por su calidad. Muchos fueron y son los
visitantes de la rica colecci?n, y uno de ellos, Jes?s Tob?o, men
ciona los que juzga libros m?s valiosos y enumera: Abecedario
espiritual, de Francisco de Osuna; Agon?a del tr?nsito de la
muerte, del mismo; el incunable Imitaci?n de Cristo; el libro
impreso en 1504, de San Juan Cl?maco, Escala espiritual; El
estudioso de la aldea, de Lorenzo Palm?reno; Jard?n del alma,
de Juan Carvajal; Subida del alma a Dios, de Fray Jos? de Je
s?s Mar?a de Castro Caldelas, y Excelencias de la castidad, del
mismo, que es un m?stico a quien Rey Soto comparaba con
San Juan de la Cruz.
Muchos m?s nombres y t?tulos podr?an darse de la magn?
fica biblioteca, y personalmente fui testigo en Lisboa de la ad
quisici?n de valios?simos ejemplares en la R?a do Mundo, Li
breria Coelho, pero ?nicamente he de hacer hincapi? en la
nutrida cantidad de libros que versasen sobre Galicia que fue
adquiriendo hasta lograr en esta materia el primer lugar de
los coleccionistas particulares de toda Espa?a.
REY SOTO EN LA REAL ACADEMIA GALLEGA
En el a?o 1920 es designado numerario de la Real Corpo
raci?n por haber sido electo en sesi?n del 17 de julio de dicho
a?o, en la que tambi?n fue elegido el poeta Ram?n ,Cabanillas.
Para el ingreso de ambos excelsos poetas se utiliz? el balneario
de Mondariz, generosamente puesto a disposici?n de la Acade
mia por la familia Peinador, y all? se congreg? la intelectua
lidad gallega para asistir a las sesiones de recepci?n de Anto
nio Rey Soto, quien hizo su discurso sobre La imprenta en
Galicia: el libro g?tico, admirable trabajo que fue contestado
por don Marcelo Mac?as, el d?a 30 de agosto de 1920, ingre
sando el 31 siguiente Ram?n ,Cabanillas Enr?quez, con su es
tudio sobre A saudade nos poetas galegos, al que contest? mi
padre Eladio Rodr?guez Gonz?lez.
Vino Rey Soto a ocupar la vacante ocasionada por el falle
cimiento de don Jos? Antonio Parga Sanjurjo, ocupante del
sill?n n?mero 13, pero su voluntaria ausencia de Galicia dej?
en suspenso su condici?n de numerario que recobr? al regre