TO $oletln de la Real 51?ademia Gailega
haciendo notar los puntos en que convienen y discrepan sobre el
pecado original y la gracia; en' el cuarto oc?pase de la hereg?a per
lagiana, impugnada, condenada y vencida, refiere a este prop?sito
los grandes esfuerzos que hizo el gran doctor de la gracia, San
Agustin, para " anatematizarla, y menciona tambi?n a los Sumos
Pont?fices y Concilios que la condenaron; en el quinto trata de los
errores de los semipelagianos Casiano y Fausto; y en el Ultimo tra
tado explica la opini?n de algunos cat?licos en orden al pecado ori
ginal, a la predestinaci?n, a la ciencia de Dios y al modo de obrar
sobre las criaturas, y hace un resumen de lo sucedido en Lovaina,
en Roma y.. en Espa?a con motivo de estas doctrinas.
La segunda parte del tomo . primero abarca seis ., tratados, y
cada tratado varios cap?tulos. El primer tratado versa sobre la
lesi?n que en la libertad caus? el .pecado original; el segundo, so
bre la naturaleza del libre albedr?o y su origen; el tercero, sobre
las predestinaciones de Dios; el cuarto, sobre la verdadera inteli
gencia de las frases sentido compuesto y sentido dividido, seg?n
los disc?pulos de . Santo Tomas, sosteniendo el P. Lemos que la vo
luntad, aunque nunca resiste a la gracia eficaz, siempre conserva
el poder de oponerse a ella, puestoquo el acto de consentir subsiste
siempre, al mismo tiempo, con la potencia de disentir; el quinto,
sobre la ciencia media, que el P. Lemos combate vigorosamente,
echando mano, ya de la autoridad, ya de la raz?n; y el postror,o,
sobre el modo c?mo Dios ve los acontecimientos futuros y las ac
clones libres en los decretos de su voluntad.
El tomo segundo est? dividido en cinco tratados, y versan: el
primero sobre la Providencia. de Dios en general y en, particular;
el segundo, sobre el amor eterno quo Dios gene a los elegidos; el
tercero, sobre la predestinaci?n; el cuarto, sobre la reprobaci?n;
el quinto acerca de la predestinaci?n de Jesucristo, predestina
ci?n mediante la cual hemos merecido nuestra predestinaci?n y
los medios por los cuales alcanzamos la gloria eterna. A continua
ci?n de estos tratados, en una disertaci?n aparte, trata el P. Le
mos sobre si la predestinaci?n se verifica ante del post prcevisa
? merita.El tomo teroero lo dedica a explicar extensamente la influen
cia de Dios sobre las criaturas, el concurso divino y la predetermi
naci?n f?sica. Despu?s incluyc un tratado sobre el pecado original.
Y en el tomo cuarto y Ultimo, se detiene en gran manera en
demostrar la necesidad de la gracia para guardar los mandamien
tos, evitar los pecados, veneer las tentaciones, etc... y refuta exten