solettn de la Real Academia Gallega 213
cien a?os en el pa?s. Como se ver?, los dos primeros escritores se hallan
m?s cerca de la verdad que el ?ltimo. No cabe duda que el Sr. Mart?nez
debi? guiarse por alg?n dato, cuando se?al? tan fijamente el a?o,' y en
cuanto al Sr. Arenal, poco se equivoc?, pues a mediados del siglo xvit era
ya corriente y estaba tan extendido el cultivo del ma?z en la provincia
gallega, que.. se pagaba renta de ?l. De todas maneras es un hecho que al
ma?z se le conoc?a en Espa?a en r55o, en cuyo a?o le trajo de Am?rica a
Sevilla el naturalista Hern?ndez, pudiendo, desde entonces, extenderse al
resto de la Pen?nsula y aun a Francia, en donde recibi? el nombre de
bl? d'Espagne. Y esto en seguida, pues Champier, que escrib?a en 156o,
le dice de importaci?n reciente en Europa.
El mayor inconveniente con que se tropieza para fijar de un modo
aproximado, la ?poca en que se generaliz? su cultivo en Galicia, es que
aqu? se le denomin? millo, como el mijo. Y aunque no desde el primer
momento, es lo bastante para privarnos de esa indicaci?n tan concluyen
te, como ser?a el que desde luego se le diese y conservase su nombre, ma?z.
Gracias; pues, que pueda creerse que si hall? pronta acogida entre
nosotros en el siglo xvi ?caso que antes no se conociese no se genera
liz? su cultivo hasta los primeros a?os del xvit, en que se hizo tan r?pi
damente su adopci?n que ya en 1634 se pagaba renta de dicho cereal. En
el ms. de Amaro Gonz?lez, quien durante la segunda mitad de la d?cima
sexta centuria, fu? notando a?o por a?o los principales sucesos que ten?an
lugar en su tiempo y muy en especial cuanto tocaba a las cosechas, no
s?lo se refiere siempre al mijo, sino que da tales detalles que no es posi
ble confundirle con el ma?z. Se?al de que no le conoc?a. Es m?s, en un
pleito sostenido en la Coru?a, en 1575, por Gregorio Coucieiro, que
llevaba en arriendo las rentas de los cereales que pagaban derechos de en
trada en la ciudad, se citan el ?trigo, centeno, mijo, orjo y cebadan, el
ma?z, no; de modo que si puede suponerse era conocido por aquel tiem
po, no as? que era general su consumo. Sea como quiera, y para que se
vea con qu? tino y parsimonia deben apreciarse los datos negativos, ha
de advertirse que en las tasas de granos, no se menciona, por la Audien
cia, al ma?z, hasta la segunda mitad del siglo xvu, cuando ya eran co
rrientes las rentas de dicho cereal.
El P. Viterbo escribe en su Elucidario, t. u, p?gina 89, que en un
testamento del a?o 1289 hall? la palabra mill?n, pero entiende que no se
refiere al ma?z, sino al mijo. Ser?a forzoso ver el documento, pues si tiene
raz?n en dudar que la cl?usula que transcribe acuse la presencia del ma?z
en el siglo m?, las razones que apunta no son tan admisibles como supone.
Tengo todo ello por yerro del escriba o r?pida lectura del autor, pues