so ljolelln de la Real Academia Gallega
Por D. Jos? Vega Blanco, de Lugo, los Sres. Lugr?s Freire y Va
amonde Lores.
Por D. Manuel Amor Meil?n, de Lugo, los Sres. Requejo, Armada
Teijeiro, Salgado, Cabeza Le?n y Costanti Ballesteros.
Y por D. Jes?s Rodr?guez L?pez, de Lugo, los Sres. Ojea y Ma
ci?eira.
Tambi?n concurrieron los Sres. Acad?micos Correspondientes, Co
rreal, de la Coru?a; Marquina, de Orense; Alvarez Limeses, L?pez P?rez,
V?zquez Senra y Almoina Vigil, de Lugo; y los Sres. Acad?micos
Adjuntos, Castillo (Angel del), de la Coru?a, y V?zquez Seijas, de Lugo.
Honraron tambi?n la sesi?n con su asistencia, los Acad?micos de
N?mero electos, Sres. Parga Sanjurjo y D?ez Sanjurjo.
Abierta la sesi?n se di? lectura al acta de la anterior.
Procedi?se a la lectura de las siguientes comunicaciones: una de
Mr. Cook, profesor de la Universidad de Yale (Estados Unidos) en la'
que, por mediaci?n del Sr. Martinez Salazar, se ofrece incondicionalmente
a la Academia; otra del R. P. Celestino Garc?a Romero, escrita en ga
llego, en la que da gracias por su nombramiento de Correspondiente;
otra de la colonia gallega de Madrid que acompa?aba a las dos coronas
que enviaron para el homenaje a Concepci?n Arenal y con destino al
mausoleo de Rosal?a de Castro, para lo que confer?an su representaci?n
a la Academia; otra de D. Fernando Garc?a Arenal, en la que da gra
cias por la participaci?n que la Academia tom? en el homenaje a su se
?ora madre. Y finalmente, la que envi? la nueva Junta Directiva de la
?Asociaci?n Iniciadora y Protectora de la Real Academia Gallega en la
Habanas dando cuenta de los individuos que la forman.
En los asuntos de car?cter interior se di? cuenta, una vez que la
Academia celebraba primera Junta fuera del domicilio social, de todos
los trabajos que hasta la fecha lleva realizados la Corporaci?n. Expuso
el se?or Secretario que, a pesar de los disgustos y contrariedades con
que se ven?a luchando desde los comienzos, la labor no se hab?a .sus
pendido y continuando en ella con perseverancia, se lograr?an los resul
tados que merec?an el patriotismo y abnegaci?n puestos por nuestros
hermanos de Am?rica en tan altruista empresa. Que la obra de la
Academia, como toda obra generosa, ten?a por fuerza ineludible que
tropezar con determinados obst?culos que dificultan toda noble tarea,
pero que ser?an vencidos como se iban venciendo ya. Que todas estas
contrariedades y todas estas luchas, no entibian la labor y, al contrario,
prestan nuevas fuerzas, pues la lucha es s?ntoma de vida y desde el pri
mer momento se ten?an aqu?llas descontadas. Que los trabajos para el