8 6 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
tiva, enriqueci?ndose as? con el esfuerzo ajeno con infracci?n
del principio de derecho seg?n el cual no es l?cito enriquecerse
injustamente con da?o de otro.
Por fortuna, esas funestas consecuencias de la temporalidad
del foro, que Paz Novoa se?ala acertadamente como ?ndice de
la decadencia de nuestra regi?n, fueron detenidas por la Real
Provisi?n que Carlos III dirigi? el 11 de mayo de 1763 a la
Audiencia de Galicia, disponiendo la suspensi?n de tales de
mandas de despojo.
Mas el da?o que la temporalidad hab?a producido persisti?
en la otra cara de la perpetuidad que, pese a su laudable in
tenci?n ven?a a reconocer, y produjo de hecho, la citada Real
Provisi?n. Esta nueva situaci?n, confirmada por el car?cter de
irredimible que ten?a la carga foral, fue, a su vez, calificada
por Paz Novoa como constitutiva de un estado de servidumbre
de la propiedad necesitado de inmediato remedio. Propugna
como soluci?n necesaria la redenci?n de las cargas procedentes
de los foros, subforos y censos frumentarios, forzosa para los
due?os del directo dominio y voluntaria para los foreros; y pide,
para hacerla viable, la creaci?n de bancos territoriales que po
dr?an facilitar pr?stamos con un inter?s m?dico, "para terminar
?agrega? con los usureros que en Galicia existen".
No debemos abandonar las p?ginas de este libro del ilustre
jurisconsulto 'prensan() sin antes destacar uno de sus pasajes
que, aunque epis?dico, viene a revelar, una vez m?s, su condi
ci?n de defensor de los valores peculiares de nuestra regi?n. Al
se?alar el hecho de que el Tribunal Supremo estableciese en
un considerando de la sentencia de 4 de junio de 1866 "que
no constaba la existencia oficial de la Real Provisi?n de 10 (sic)
de mayo de 1763", interpreta ese lapsus como "lamentable pero
evidente testimonio ?son sus palabras Tde la indiferencia des
de?osa con que son miradas las cosas de Galicia, aun las m?s
graves e importantes, por los que est?n obligados en primer
t?rmino a hacer de ellas un estudio profundo y detenido".
Pero no limit? su enemiga a la instituci?n del foro al plano
doctrinal. Dos hechos de singular relieve en la vida jur?dica del
letrado auriense lo demuestran y vienen a confirmar nuestro
aserto de que, descendiendo de la altura de los conceptos, sirvi?
con sentido realista los intereses jur?dicos de Galicia.
Consiste el primero de ellos en su activa intervenci?n en el