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262 bolet?n de la Real 5tcaderrlia Gallega
Y termin? el acto pronunciando el Sr. Cas?s ?algunas palabras?,
en memoria de Curros Enr?quez, seg?n el orden conque estaba organi
zada la velada y como expresaba el art?stico programa, que, adornado
con un retrato de Curros, encerrado en una hermosa alegor?a, se repar
ti? entre la concurrencia.
?Algunas palabras?, del Sr. Cas?s, que tuvieronm?s extensi?n de
la que hab?a determinado por la imposibilidad de as?st?r ? la velada
el Sr. Cotarelo, encargado de cerrar aquella con una oraci?n en honor
de Curros, fueron un bello y hermoso discurso, de tonos calientes y
emocionados en el qu? el distinguido letrado nos present? los mo
mentos m?s intensos de la vida del poeta y nos demostr? cuan identi
ficado estaba el orador con su patriotismo, sus sentimientos y su obra.
Y termin? con un p?rrafo, de gran elocuencia, comparando la le
yenda cl?sica de la Virgen del Pindo, con otra creaci?n imaginativa,
en que la Virxe d'o Cristal acude, en las noches tr?gicas, cuando el
mar ruge alborotado en los cantiles de la costa, cabe la tutnba del
poeta, para encontrarlo fr?o y yerto, si, cadaver corrompido, pero a?n
empu?ando el plectro vigoroso de sus versos c?lidos y rotundos; que
el esp?ritu del poeta vive y perdurar?.
Las ?ltimas frases del Sr. Cas?s, como lo hab?an sido antes mu
chos per?odos de su discurso, fueron colmadas de aplausos nutri
d?simos.
A las ocho y tres cuartos termin? el acto, que fu? hermoso y digno
del poeta ? quien se rememoraba, tanto por la organizaci?n de la velada,
como por el valer y caliaad de los que ? ella contribuyeron, lo mismo
que por lo selecto y distinguido del p?blico que llenaba el sal?n de
Artesanos. Fu? digno de la memoria del ilustre cantor de Galicia.
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?Descanse en paz el gran poeta gallego! Duerme el eterno sue?o,
corno ?l quer?a, en el amoroso regazo de la madre tierra, oreado por
sus brisas y arrullado por los rumores del mar que rodea a meiga cibd?
da Gru?a que hab?a de pagar la deuda contra?da con el inmortal can
tor de Sa?do honrando al poeta en vida, recibiendo solemnemente sus
venerandos restos y cuidando con maternal cari?o la sepultura del hijo
ilustre de Galicia, sepultura sobre la que deposita siempre las m?s fra
gantes y hermosas flores de sus jardines en justo homenaje ? su
memoria.