258 Bolet?n de la Real Academia Gallega
EN HONOR DE CURROS ENR?QUEZ
Como lo ha demostrado siempre, sobre todo en ocasiones harto
solemnes ? inolvidables, en las que se rindi? p?blico homenaje de ad
miraci?n al gran Curros Enr?quez, acaba de dar la Coru?a, en su nom
bre y en el de Galicia, en el mismo d?a que se coninemor?ba el quinto
aniversario de su muerte, una prueba m?s, del ?ntimo afecto que pro
fesa ? la gloriosa memoria del infortu5ado poeta.
Por iniciativa de la popular sociedad Reuni?n Recreativa ? Ins
tructiva de Artesanos, genuina representaci?n del pueblo coru??s, el
domingo 9 del pasado Marzo, se han realizado dos actos, s?brios, se
veros, y cual conven?a, para honrar el recuerdo siempre glorioso del
autor de Aires da mina territ. La REAL ACADEMIA GALLEGA, que tanto
debe al insigne poeta?su nunca bien llorado Acad?mico de Honor?,
se asoci? desde luego, al homenaje que se preparaba, corno se asocia ?
todo cuanto tiende ? enaltecer ? nuestro pa?s y honrar ? sus hijos
ilustres.
ANTE LA TUMBA DEL POETA
Congregadas ? las once y media de la ma?ana, en la Reuni?n de
Artesanos, la Directiva de dicho Centro y la de la REAL ACADEMIA
GALLEGA, se dirigieron al cementerio formando un compacto j y nume
roso grupo de S?cios y Sres. Acad?micos, llevando al frente ? los se?o
res D. Manuel Murgu?a y D. Manuel Cas?s, corno Presidentes de la Real
Academia y de la Sociedad de Artesanos.
Llegados al Cementerio, el Sr. Cas?s recibi? en el vest?bulo del
mismo, ? las autoridades y personas invitadas expresamente, traslad?n
dose acto continuo al lugar donde yacen los despojos de nuestro Curros
Enr?quez, cuya sepultura aparec?a cubierta de art?sticas coronas, entre
las que destacaba por su hermosura, la de la Real Academia Gallega.
All?, el Sr. Cas?s, despu?s de colocada una art?stica lira de flores
que en sus matices y en las cintas de la dedicatoria, ostentaban los co
lores nacionales y regionales, dirigi?ndose al p?blico, manifest? emo
cionado y en sentidas palabras, que, ?como presidente de la Reuni?n,
?centro esencialmente popular, depositaba aquella ofrenda de flores, en
?testimonio de cari?o y admiraci?n.