BOLET?N DE LA ,REAL ACADEMIA GALLEGA 53 tis
En nuestro tiempo; la Edad Media es investigada por los m?s
la Nueva Edad Media, de que hablan Berdieth, Walter Goetz y
Landsburg. Y la Edad Med?a en la Historia Universal no se puede
escribir sin conocer a Galicia y singularmente a Compostela, foco
de irradiaci?n espiritual en el mundo cristiano. ?Y qu? regi?n de
Espa?a puede ofrecer el tesoro ling??stico y po?tico de nuestros
famosos e inmortales Cancioneros?...
Por eso se afanan en el extranjero en explorar nuestras tradicio
nos ?especialmente las literarias y.art?sticas prestigiosos escri
tores en Alemania, en Inglaterra, en Francia, en Norteam?rica,
en la hermana Portugal, tan identificada con Galicia; y a las figu
ras de Wolf, Lang?; Latour, .Bj?rkmann., William Pe Ker, Carolina
Michs,elis, Theophilo Braga, Fidelino de Figueiredo, Leite de Vas
concellos, suceden en unos y otros pa?ses nuevos publicistas que se
interesan por el estudio de nuestro 'pret?rito hist?rico, y con fre
cuencia se solicitan de nuestra Academia curiosas informaciones
que don C?sar Vaamonde suministraba complacido. Porque este
infatigable trabajador gozaba en distribuir generosamente, sin re
. paro, toda su ?nica riqueza, que era su saber. Muy distinto de
aquellos' esp?ritus reservados y herm?ticos, que guardan con ava
ricia de usureros sus conocimientos, ?l se entregaba espont?nea
mente a quien solicitaba sus consejos. Su despacho en la Academia
era una especie de consultorio p?blico y gratuito, y cuando se le
preguntaba una noticia, una fecha, una efem?rides de la cr?nica
de Galicia, indicaba textos y fijaba criterio y orientaciones para su
estudio, y lo hac?a siempre cordial y efusivo.
En la silueta 'psicol?gica de nuestro inolvidable Bibliotecario
merece anotarse esta caracter?stica. Muy distinto del tipo que las
gentes y algunos novelistas y comedi?grafos se imaginan del archi
vero hura?o y gru??n,' con las profusas guedejas colgantes y las
gafas cabalgando sobre la punta de la nariz, don C?sar era todo lo
contrario: correcto, pulcro, amable, sonriente...
No es ?ste el momento de admirar y valorar en su amplio con
tenido la obra del se?or Vaamonde, embargado el ?nimo . por la
impresi?n de su muerte. ' Tiempo habr? para que la juzguen con
calma quienes mantuvieron con ?l ?ntima convivencia en un, inte