EL FINAL DE UNA ESTIRPE 29
represent? el comandante de Infanter?a residente en La 'Coru?a
don Alfonso Romero Herrera. La ceremonia se celebr? en la pa
rroquial coru?esa de San Nicol?s el 30 de agosto de 1897 y fue
bendecida por el abad de la Colegiata don Ram?n Bern?rdez
y Gonz?lez. Como testigos firmaron el acta don Andr?s Mart?
nez Salazar y don Juan de la Oza y Guerrero, amigos del padre
de la desposada. Fue padrino el padre de la novia y su her
mana Gala. El marido de Aura hab?a nacido en Monovar (Ali
cante) y ten?a treinta y un a?os de edad; Aura, contaba vein
tiocho. Los padres del se?or Prats se llamaban don Francisco
y do?a Teresa, difuntos entonces, que fueran vecinos de Yecla.
La contrayente viv?a con su padre y hermanos en el piso
segundo de la casa n?mero 6 de la calle de Panaderas.
Numerosos amigos de Murgu?a asistieron a la boda.
con su marido.Aura sali? el d?a uno de septiembre para Yecla para reunirse
Don Francisco Prats conoci? a la que habr?a de ser su mujer
en un viaje que hizo a La 'Coru?a, nos parece que el primero.
Nos dec?a do?a Gala que cuando Murgu?a vio por primera vez
al pretendiente de su hija, impresionado por su elevada esta
tura ??l que era de menos que mediana, como el mismo afir
ma? y por su negra y dens?sima barba, no pudo ocultar su
disgusto. Y enterado m?s tarde de que el se?or Prats era ali
cantino, parece que dijo que no tolerar?a la presencia de "mo
ros" en su casa. Lo cierto es que lleg? a querer al "moro" como
a un propio hijo por las constantes y notables pruebas de ca
ri?o que de ?l recibi?.
Este yerno de Murgu?a era un hombre ilustrad?simo, con
abundantes inquietudes espirituales. Ten?a una gran afici?n a
la numism?tica y ?l nos hizo conocer, en ocasi?n de ir a bus
carle a Carmona para acompa?arle a La Coru?a, en abril de
1944, notables piezas acu?adas por los romanos en aquella his
t?rica ciudad, piezas conocidas por "carmos" en el argot de la
especialidad. Fue durante bastantes a?os batallador periodista
y dirigi? durante alg?n tiempo el "Heraldo de Albacete". Cuan
do abandon? ?ste por ausentarse de aquella ciudad, "La Van
guardia", diario tambi?n albacete?o, dec?a de don Francisco,
entre otras cosas: "Pocos como ?l habr?n sabido salvar los
grandes escollos que se encuentran en la direcci?n de un pe
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