EL FINAL DE UNA ESTIRPE 27
hab?a dicho do?a Alejandra respecto del ?nico retrato al ?leo
que se hizo a Rosal?a, el que pint? Modesto Brocos, notable ar
tista compostelano, muerto en el Brasil en 1936, cuando vino
a Galicia y visit? a la cantora en su casa de Padr?n, en 1880.
Este apunte tratamos de hallarlo cuando escribimos nuestro li
bro "In?ditos de Rosal?a", sin que pudi?semos dar con ?l. Des
. orientados entonces atribuimos equivocadamente ese retrato a
Esplugas, cuando realmente quien lo ejecut? fue, como decimos,
Modesto Brocos. El cuadro lo poseemos por generosidad de do?a
Gala Murgu?a, que nos lo leg? a su muerte con otros objetos
de su pertenencia. Volvemos a reproducirlo porque la primera
vez qu? lo hicimos no se ofreci? con la perfecci?n deseada, la
que creemos tiene en esta ocasi?n.
Este retrato de Rosal?a permaneci? durante m?s de cincuen
ta a?os en una habitaci?n interior de la vivienda de do?a Gala,
sin que nadie lo viese. En los ?ltimos a?os de su vida, do?a
Gala eligi? esta habitaci?n para dormir y el cuadro pudo verse
por cuantos le visitaban estando enferma. El paso del tiempo
acumul? sobre el lienzo densa capa de polvo, que el pintor Ri
cardo Camino, nuestro admirado amigo, limpi? con destreza
suma, apareciendo esa espl?ndida pintura que causa excelente
efecto en quienes la contemplan y que demuestra las cualida
des que pose?a su autor.
No es este retrato de la insigne santiaguesa el que movi?
a Azor?n a escribir un art?culo con el t?tulo de "Rosal?a de Cas
tro", publicado en ABC el 18 de enero de 1914, sino el m?s
conocido tomado de una fotograf?a. Sin embargo, tal como se
expresa el escritor levantino, pudiera esa prosa suya adaptarse
al retrato hecho por Brocos 4.
Alejandra, por su condici?n de hija mayor del matrimonio
y durante mucho tiempo su ?nico fruto, goz? siempre de la
4 Dice uno de los fragmentos del art?culo citado: "Cuando hoy contempla
mos el retrato de Rosal?a ?los que no la hemos conocido? nos figuramos una
mujer sensitiva y melanc?lica. Tiene el poeta unos ojos expresivos; su boca es
grande; unos rizos caen sobre su frente, y en el gesto, en la inclinaci?n de la
cabeza, en la mirada, en las comisuras de la boca, flota un ambiente de resig
naci?n, de tristeza, de anhelo insatisfecho. "Mas yo prosigo so?ando ?ha escrito
el poeta? pobre, incurable son?mbula, con la eterna primavera de la vida que
se apaga". La ?melancol?a del poeta se filtra por toda su obra; pero la tristeza
de iRosal?a no es ?una tristeza hosca, desesperada, agresiva; es un sentimiento
dulce, suave, de resignaci?n y conformidad con el espect?culo del mundo...".