EL FINAL DE UNA ESTIRPE 25
a lo que nosotros, por los motivos indicados, vamos a dar a
conocer.
Salvo algunas, pocas citas que ofreceremos que estimamos
in?ditas relativas a Murgu?a y su mujer, damos por supuesto
en el lector un conocimiento general de la vida de ?stos, y por
eso s?lo hemos de referirnos, que es ahora lo que nos interesa,
a sus hijos, los cuales ir?n apareciendo por orden cronol?gico.
Salvo Ovidio, al que por razones obvias no conocimos, los otros
personajes de esta historia fueron todos tratados por nosotros.
ALEJANDRA
Empezaremos por la hija mayor del matrimonio, Alejandra,
nacida en Santiago el 12 de mayo de 1859 y fallecida en La
Coru?a el 23 de marzo de 1937.
Esta mujer inteligent?sima, culta, de dulces y delicadas ma
neras, fue un 'valios?simo auxiliar de su padre, a quien acom
pa?? a numerosos lugares para reproducir, como experta dibu
jante que era, objetos, edificios, monumentos, etc, por los que
Murgu?a se interesaba para sus estudios. En abril de 1876 ?se
g?n una carta que poseemos? andaba con su progenitor por
Portugal, a donde hab?a ido ?ste a estudiar el estilo manuelino.
Por otro lado, Alejandra instruyera a su hermano Ovidio en el
arte, tarea en que tambi?n le acompa?? el ?ntimo amigo de
Murgu?a Seraf?n Avenda?o, pintor vigu?s muy destacado.
Do?a Alejandra gustaba de referirnos la impresi?n que le
hab?a transmitido Rosal?a acerca del d?a de su boda, celebrada
en Madrid, como se sabe. Contaba que en aquella clara ma?ana
en que se despos? en la iglesia de San Ildefonso, estaba gozosa
y alegre; alegre, s?, porque la melancol?a que le hab?an de pro
porcionar las amarguras, las penas y las enfermedades a?os
andando no hab?an hecho a?n presa en ella.
Para Rosal?a Alejandra fue su consuelo en las largas sepa
raciones de su esposo. De las dos habr?a de decir ?ste en un
libro imprecedero 2:
don Jos? Caama?o Bournacell, Madrid, 1968, a quien hubimos de facilitar bas
tante informaci?n al respecto, como el mismo da fe.
2 "En prosa". La Coru?a, 1895.