BOLET?N DE LA REAL' ACADEMIA GALLEGA 297
la demarcaci?n de los l?mites de su di?cesis. ?Qu? precedente
pudo tener el rey Magno para enumerar tan :detalladainente
los diez lugares, l?mite del restablecido obispado? ' Porque,
t?ngase en cuenta, que se trata de una restauraci?n,; no de
una fundaci?n en la que f?cilmente se :podr?an haber se?a
lado :nuevos t?rminos. Es evidente, por tanto, que la delimi
taci?n se efect?a con arreglo a. alg?n .reparto diocesano de
iglesias de anterior ?poca. Este repartomodelo, que .ahora
se sigue, no puede ser la tan tra?da y llevada ?Hit?ci?n de
Wamba?, porque sobradamente ha sido impugnada por S?n
chez Albornoz (1). Solamente quedan. utilizables para mues
tro objeto, las actas del no menos discutido Concilio de Lugo
del 579 ?en ?poca nueva?, seg?n las cuales a la Iglesia de
Orense se asignan las mismas diez parroquias de t?rmino
enumeradas en el diploma que comentamos. De su texto,
adem?s, parece deducirse que la demarcaci?n .se,hace ?secun
dum diffinicionis sanctorum patrum? conforme a las deter
minaciones de los santos Padres, lo que nos da margen para
preguntarnos si estos Padres no ser?an los. de.alg?n concilio,
porque de otra suerte no podemos explicarnos tal inciso
aclaratorio. El problema es oscuro e ingeniosa la soluci?n
de Albornoz, que, de acuerdo con Fl?rez en no reconocer
cr?dito al concilio lucense, aboga por una vieja demarcaci?n
de t?rminos pertenecientes a sedes gallegas, a la que deno
mina ? Hitaci?n sueva?
Determinados de esta forma los l?mites diocesanos, Al
fonso III agrega voluntariamente otra clase de t?rminos m?s
reducidos, constituyendo un coto cuyos productos sirvieran
de sustentaci?n y ayuda al nuevo obispo y a los moradores
eclesi?sticos. Aun a?ade un c?liz de plata, un velo para el
altar, un palio, una campana y otros objetos lit?rgicos. Con
trasta ciertamente la parquedad de esta ?ltima donaci?n, si
la comparamos con otras espl?ndidas de la ?poca y del mis
mo soberano.
Para terminar, llamaremos la atenci?n ,sobre un detalle
que en las anteriores publicaciones (le este documento ha
venido repiti?ndose err?neamente. Nos referimos a la ciudad
(1) C, S?NCHEZ ALnonNoz: ?Fuentes para el estudio de las divisiones
eclesi?sticas visigodas?, en Bol. de la Universidad de Santiago, 1930.