? r66 jjoletin de la Real ylcademia 6allega
mente en el hospital de San Gabriel de Binondo, destinado a los ??,
chinos o sangleyes?omo all.? se les llamaba,entre los cuales logr?
'racer innumerables conversiones; y luego en la casamisi?n de
Sa?ial en la regi?n de Bataan, l?asta el a?o:1650, en cuya fech?
fu? destinado con el. cargo de vicario a la de Abucay en la misma
pro vincia.
Despu?s fu? prior del farnoso convento de Santo Domingo de
Manila, y definid,or en ci Cap?tulo provincial celebrado el aio
1652, en el cual se le encomend? la restauraci?n de la mrsi?n, de
Iiny en Nueva Vizcaya, que por segunda vez hab?a sido abandonada'
debido a las graves dificuliad.es q?c se opon?an ,a su conservaci??.,
Trabaj? en ella sin descanso y con extraerdinario fruto por espacio
de dos a?os, actuando coma Superior dc lit casamisi?n y Como' Vi t
cario provincial en aquell? provincia, hasta que un ` d?a aciago
jaron armados los indicts salvajes de la menla?a"y asaltaron el pue
blo fundado por los misioneros, reduciendo a cenizas casas e iglesia
y dando muerte a un grupo de soldados espa?oles ?ll? destacados
para defender el pueblo de las incursiones de los infieles. Protegidos r'
por los indios cristianos de la misi?n, pudieron escapar con vida de
tan horrorosa cat?strofe. > Fr. Teodoro y 'sus dos compafieros de t'
apostolado, teniendo que ab?ndonar con honda pena aquel puesto
avanzado para abrir paso a la civilizaci~n' cristiana cuando ya ha
b?an comenzado a recojer el fruto de sus : fatigas y r se dispon?,?n ' a
mayores conquistas..
Vuelto a Manila fu? destinado otra vez, en el ado 1656, a la
casamisi?n de Ab?cay; y despu?s a la de . Binondo, donde prosi
gui?, con su celo habitual las tareas apost?licas, hasta que presin
tiendo cercana su muerte se traslad? al convento de Manila, donde
entreg? pl?cidamente su alma a Dios despu?s de recibir con gran
fervor los Santos Sacramentos de la Iglesia el d?a '4 de Diciembre
del a?o 1662. Desempe?aba entonces el cargo de comisario princi
pal del Santo Oficio, que ya hab?a desempe?ado antes en la isla de
Formosa.
Este misionero insigne, de quien nos dice el historiador Fe
rrando, que era ?gran predicador, muy sabio y 'virtuosou, pose?a
adem?s un don especial ; para aprender con sumna facilidad toda
clase de lenguas, con lo cual ten?a adel:antado mucho para su obra
de apostolado. Tambi?n se hallaba dotado de untalento muy claro,
que unido a una soberana ?locuencia, pon?ai al alcance de todas las
inteligencias los m?s profundos rnisterios de la religi?n cristiana.
Su predicaci?n favorita era la exposici?n de los misterios del Santo