?
olet?n de la Real Y^cademia Gallega 17t
tas todav?a y rodeadas de tierra por todas partes, si no es en la superior
de sus paredes, cuyas piedras al nivel del suelo denuncian la existencia
de las que yacen a?n enterradas.
Por las dimensiones que he dado de varias ya se ve que, aunque se
dicen redondas, no lo son tanto que puedan apellidarse circulares. Pu
diera preguntarse el por qu? de esta forma y yo s?lo podr? decir a mis
lectores que no s? que tiene esta figura con las edificaciones infantiles,
pero es un hecho que las obras de los pueblos primitivos (t) la adoptan
preferentemente y lo mismo hacen los ni?os en sus construcciones. ,
?Qui?n no vi? a ?stos hacer una casa mientras guardan sus ganados? ?Y
no los vi? hacerla tambi?n redonda? Porque eso no lo sabr? decir, pero
el hecho p?blico y notorio es : angulares, por excepci?n, resultar? una
edificaci?n infantil.
La altura de estas paredes oscila entre un metro y uno y medio (2),
y su espesor entre 3o y 4o cent?metros. Est?n hechas de lo que llamamos
mamposter?a, de piedras m?s bien peque?as, como ver?n mis lectores por
la fotograf?a adjunta, y no es pared seca como en los muros de los cerca
dos, sin? con tierra, no con barro, en su centro y a juzgar por lo bien
que se adapta a las piedras, se conoce que la hab?an amasado con agua
cuando la echaron en el centro de la pared. Estas est?n tan perfectamente
acabadas, tienen tan bien tomadas sus menores rendijas, que no queda
sin forra, como dicen, ni el m?s peque?o intersticio. No la har?a mejor,
hoy mismo, ninguno de nuestros mejores canteros (3). Parece que est?n
acabadas de hacer. Y fu? cosa que llam? grandemente mi atenci?n. Co
munmente no son las paredes verticales sin? inclinadas hacia dentro y su
escaso espesor demuestra con claridad que no pudo ser grande su altura,
lo cual indica que deb?a ser muy aguda su techumbre de paja o ramas,
? pues de otra manera apenas podr?a estar un hombre en pi? dentro de esas
casas.
?Y de donde nos consta que son esas obras antiguas? Por lo bien
hechas, m?s bien s? podr?an decir recientes, pero que no lo son se cono
ce por los objetos hallados en su interior. Entre ?stos llaman ante todo
la atenci?n, los molinos de mano de factura evidentemente antigua, bien
conocidos de todos, y se hallaron en tal abundancia que, a parte de los
este BOLET?N. (1) V?anse los art?culos que sobre las casas del Cebrero public? el Sr. Castillo en
(2) Cuando no est?n en partes deruidas esas paredes.
(3) Es de notar que tambi?n hoy abundan en aquellos contornos los buenos oficiales
de este oficio. Y lo mismo acontec?a en Padr?n, con los tejedores que duran hasta nuestros
d?as, y el llorado D. Antonio L?pez Ferreiro y mi amigo D. Eladio Oviedo, hallaron all? restos
de telares antiqu?simos.
?