j alel? n''de la Real Academia Gallega 65
sentimientos que aqu? os congregan! ?Haga el Se?or que no renegu?is
nunca de vuestra historia, ni de las tradiciones del pa?s gallego!
Galicia es la regi?n piadosa por antonomasia. Antes que el resto de
Espa?a (i) ella tuvo a su frente pr?ncipes cat?licos: San Mart?n Dumien
se predic? la verdadera doctrina en la Corte de los Suevos antes que San
Leandro fuera escuchado en la Corte de los Godos. Cuando Recaredo en
el Concilio tercero toledano trataba de conversi?n al Catolicismo, ya el
Concilio de Lugo con asistencia del rey Teodomiro hab?a dispuesto lo
m?s conducente a aumentar la religi?n cat?lica, establecida y aceptada
en la monarqu?a gallega.
Santiago Ap?stol y patr?n de Espa?a, y protector de sus. ej?rcitos;
que entraban en combate invocando su victorioso nombre, aunque muri?
en Asia, quiso ser enterrado en este pa?s que hab?a regado con sus sudo
res, haci?ndole por tal manera entre todos los de la Pen?nsula su deposi
tarro y custodio, y trayendo a estas tierras encantadoras, durante 'muchos
siglos, en peregrinaci?n interminable, gentes de todas condiciones y de
todos los pueblos del mundo Cristiano.
Las armas de vuestro escudo son lo m?s sagrado de la religi?n: el`
c?liz y la hostia. Galicia es el reino de Jes?s Sacramentado, y ?na'ciudad
gallega tiene el privilegio de la exposici?n continua del Sant?simo, que'
envidian todas las catedrales del orbe.
Hijos de Galicia: ?Que no os juzguen indignos de Ilamaros compa
triotas de Santa Eufemia, de San Froil?n, de San Pedro Mezonzo, de San'
Gonzalo, de San Rosendo, de San Valerio y de tantos otros virtuosfsimos
gallegos que la Iglesia tiene en sus calendarios y en sus altares!
Coru?eses: Los huesos de los heroicos defensores de vuestra ciudad'
se estremecer?an de indignaci?n en el fondo de sus sepulcros, si alg?n`
d?a faltara en vosotros la fe por la que ellos derramaron su sangre'. Se
guid, seguid escuchando obedientes la voz de la religi?n, que es la voz
del deber, del honor, de la patria y de la verdadera gloria, y con la feli
cidad en esta vida obtendr?is la que no concluye en la eternidad de
los siglos.
ANTOL?N L?PEZ PELAEZ,'
Obispo de Jaca.
(I) El famoso Concilio toledano del a?o 589, en su cap?tulo segundo, hace distinci?n
entre Espa?a y Galicia, y en las dos manda que se rece el s?mbolo constantinopolitano.