242. Bole?tn ?de la Academia Ga.11ega
Como se ve, and se van estilo y lenguaje.
El autor, acaso cl?rigo, no estaba muy ducho en el gallego,
pues abusa de dos castellanismos (hermosas, olvidou, fortuna, des
dichad?, tendr?n, bendision, palasio, etc.).
Notable la ortograf?a: Ni un ap?strofo, ni un gui?n. Para evi
tarlos, no vacila el poeta en unir preposiciones y art?culos (do, dos,
no, na) o en escribir las palabras completas, dejando a cargo
del lector las sinalef as del encuentro de vacates (se acaba, que o,
na Italia, com? a, Reyna a Espa?a, te?a o, de oir, porque os,
etc?tera). Igualmente es digna de reparo la gra,f?a x para el so
nido palatal tricativo (Conxo, lonxe, xoya, afrixir, xa, baixou, ru
xir, etc.).
Dialectalismo propio del oeste y mediod?a es el empleo de s
por c suave (S. Loreriso, nase.u, sedeu, laser, pases, astrusias, pa
rese, grasias, corason, etc., y, natur?lmente, los monos?labos vos,
lus, crus).
Tambi?n deben advertirse los pl?rales mont?s, mill?s, as?
como la forma verbal festex?, aun ahora t?pica en el habla de
Santiago.
En fin, si no hay libro malo que no tenga algo bueno, tam
poco hay texto, por humilde que sea, carente de valor filol?gico,
y m?s para nuestro idioma tan afligido hoy d?a por la irreflexi?n
y el capricho.
ARMANDO COTARELO.