Dolelin de la Real Academia Gallega 205
LAS CANCIONES DE LOS CIEGOS ANTE LA PUERTA SANTA
EN LOS A?OS DE JUBILEO COMPOSTELANO
Era el d?a 31 de Diciembre de 1868. Esperaba yo la apertura de la
Puerta Santa con toda la impaciencia y ansiedad del que va a presenciar
algo desconocido, extraordinario, que de antemano le ha sido descrito
con los m?s minuciosos detalles y con las palabras m?s encarecidas. Efec
tivamente: la sorpresa y entusiasmo fueron grandes al contemplar aquella
grave y lucid?sima comitiva, aquella procesi?n solemnisima, en la que
las tradicionales chirim?as dejaban o?r su acostumbrada tocata, y la or
questa de la Catedral ejecutaba una marcha hecha, as?, a la primera ma
nera de Haydn, por el abate D. Bueno Chiodi, antiguo maestro de capilla
de la Bas?lica.
Grandes fueron luego tambi?n las apreturas y empujones al pasar la
Puerta Santa para llegar a o?r las solemnes v?speras y, al final, el aria
alusiva al caso, cantada por el bajo de mejor voz que yo he conocido.
Terminadas las v?speras al anochecer, ya , estaban los ciegos ento
nando sus canciones ante la Puerta Santa. La curiosidad, y acaso tambi?n
el deseo de burlarme, llev?ronme a oirlos; pero bien pronto me impre
sionaron agradablemente aquellas melod?as, sobre todo las tres primeras
que m?s abajo van notadas, y troc?ronse mis malas intenciones en senti
mientos de benevolencia y simpat?a.
Por aquel tiempo ya me hallaba yo lo suficientemente iniciado en el
arte musical para poder apreciar sus distintas manifestaciones; unido esto
a la predilecci?n que siempre he sentido por el diatonismo en la melod?a,
y por los cantos populares de nuestra tierra, casi todos en ?l informados;
no falt?ndome tampoco el bagaje de, ilusiones y entusiasmos que en tal
edad suelen llevar dentro los catec?menos del arte, in?til ser? decir que,
desde aquel d?a, todos los jueves y domingos formaba yo en la fila de
aldeanos que, con religiosa atenci?n, o?an aquel concierto. Anot? las me
lod?as mi hermano mayor, a la saz?n organista de la Bas?lica, y conser
velas yo luego como muy apreciable.curiosidad, sin sospechar que hubie
sen nunca de llegar a publicarse. Hoy, sin embargo, desconocidas para
la mayor?a de las gentes, por haber desaparecido hace ya, por lo menos,