BOLETIN DE LA REAL 'ACADEIIA GALLEGA 5 i 9
El ambiente social creado por el feudalismo, con' las frecuen
tes enconadas luchas se?orialest"el '?xodo de machos pr?ceres
gallegos, obligado a 'veces, y en otras' ocasion?s motiv?do' por
inclinaci?n a la aventura; la aspiraci?n, a'c?da'pas? m?s'ac?n
tuada, de las clases pudientes a': intervenir en organismos ?fi
ciales; administrativos, , ?causales f?eron, entre m?s, de 'oriental.
ciones nuevas, con desatenci?n' de nuestra literatura y' de ?nues=
tra historia.
Verdad es que no han faltado quienes, nacid?s'unos en nues
tra tierra y otros con ella encari?ados, en sendos "trabajos des
criptivos, memorias y cr?nicas, regionales y , locales, en una ,u
otra lengua, han aportado materiales muy estimados para la his
toriograf?a galaica;, pero forzoso es reconocer que, por la,liini=
taci?n objetiva y localista de sus producciones, y m?s todav?a
por deficiente investigaci?n y depurada cr?tica, no aleanzaron a
satisfacer, en la medida ansiada, el sentido anhelo de amplia
y bien cumplida informaci?n regional, ni a reafirmar, con el
debido aprecio, los altos valores seculares. de Galicia y la ?M i.
estimaci?n que merecen, sin mengua de la que a los de
otras regiones corresponde.
De cuanto, con brevedad, expuesto queda,, lamentable con
secuencia fu? que la racial y vigorosa pers6nalidad .colectiva
gallega, en la com?n estimaci?n, a menos vino, con desatenci?n
y desapego no solamente de extra?os sino tambi?n ?lo que es m?s
de lamentar? de algunos de los nuestros; y esto en ocasiones a
tal punto lleg?, que no faltaron quienes se Inancillaron con el
oprobio de sentir desaz?n al verse en el caso de declarar su or?
gen gallego, o verg?enza de hacer uso de la lengua suave? dulce
y afectuosa, que aprendieron en sus hogares a poco de nacer.
Hasta en la esfera industrial, de fuera vinieron no pocos a
beneficiarse' de lo que se descuidaba aqu?.
Apenas, en el decaimiento, otros valores espirituales caracte
r?sticos de nuestra estirpe inc?lumes quedaron, que el de un pu
jante y depurado arte arquitect?nico, y el racial y brav?o, co
m?nmente callado, para acudir, en cualq?ier mom?nto oportuno,
a la defensa de la sentida independencia patria.
Sucedieron afortunadamente tiempos mej ores.
En la pr?xima pasada centuria ?bien corrida la segunda
4 parte sobre todo no pocos hijos amantes fieles de Galicia, si?