BOLE`TfN DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 83
y vino. ?Puede imaginarse felicidad mayor? Y, como extremo
de bondad, Calipso le otorga una ?brisa templada y suave?. En
el verano los vientos dominantes en Malta vienen del Oeste,
de suerte que ?l pod?a hasta dormir trincando su tim?nremo.
De d?a el sol le orientaba m?s o menos, de noche estaba des
pierto manteniendo la Osa a babor. ?Dicha inefable ?para el
hombre de mar?! (V 262269). Homero dice que la Osa Mayor
?nunca ba?a en la corriente oce?nica?. Hoy la Osa en latitudes
mediterr?neas ya no gira siempre sobre el horizonte. No ,es pro
bable que fijara su rumbo por Polaris, pues entonces estaba a
m?s de 12 grados del Polo y seguramente se le daba escasa im
portancia. La estrella de Ulises era Kochab que acompa?a la
Osa Menor; en tiempos de Homero estaba a 7 grados este del
Polo, error insignificante para barcos peque?os y lentos (Comp.
Ernie Bradford, Ulysses Found, 1963, pp. 423).
Durante diecisiete d?as naveg? y en el d?cimooctavo apa
recieron las altas sombras del pals de los Feacios. Cabe, razona
blemente atenerse a la tradici?n antigua y suponer que se trata
de Corf?K?rkira. De Malta a la costa noroeste de Corf? hay
330 millas; en 17 d?as la velocidad ser?a algo menos de tres
?uartos de nudo por hora. Pues bien, esta es casi exactamente
la velocidad que yo calcular?a para una balsa mal construida
pero con viento favorable, con vela ?nica, lamentable, con un
solo tripulante. A veces la balsa ?volar?a?, otras estar?a parada u
ocurrir?an malos momentos de retroceso. Y all? est? K?rkira: ?La
tierra parec?a un escudo en la mar brumosa?, maravillosa des
cripci?n de Corf? (V 281), pero... ahora llega Poseid?n, otra
vez, y ya es hora que hablemos del terrible enemigo divino de
Odiseus, el hombre ?moderno?, el hombre t?cnico que sabe na
vegar, mandar, ser arquero consumado, construir una cama ma
ravillosa para ?l y su Penelope, por cierto el primer mueble
firmado por un artista, del que se sabe.
Poseid?n regresa de los Et?opes, los ?cara quemadas?, los
negros del Sud?n, y otra vez resuena el ?0 p?poi? que ya cono
cemos. Est? furioso y agarra su tridente, ?re?ne las nubes, re
vuelve el mar, y suelta las r?fagas de todas partes; se oscurece
el cielo y conjuntamente se abaten el Euros, el Notos, el Z?
firo ululante, el Bora que nace en el azul y levanta la gran
marejada? . Y Ulises est? a punto de perder el valor; se le