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oleti? de la Real?5lcademia Gallega `283
aguas del Loyo, afluente del Mi?o (i); las que existen al lado mismo de
la modesta ermita de San Marcos, en el monte de P?ramo, parroquia de
Castromeije (Lugo); las que debe haber todav?a en la parroquia de Santa
Mar?a de Queiz?n, ayuntamiento de Corgo, en la misma provincia; la
que con el nombre gr?fico de ?a cama do home? se halla esculpida en
el monte de Outeiro das Olas, en Taboadelo, Pontevedra, (2); la que
existe, si no la destruyeron, en el barrio de Vil?n, Fornelos de Montes (3); ,
la que medio oculta por la moderna sacrist?a se ve todav?a al lado mismo
de la iglesia del antiguo Alc?zar de Milmanda, provincia de Orense; la
que se conserva casi inmediata a la fachada de la antigua iglesia rom?nica
de San Salvador de Pazos de Arenteiro en la misma provincia; las talla
das en unos pe?ascos de Hio, cerca de la hermosa playa de Ald?n, en la
r?a de Pontevedra; las tan conocidas de Portomouro, ayuntamiento de
Buj?n, La Coru?a (4) y, finalmente, la doble de Fornas, como si las .
personas para quienes fu? tallada quisieran estar unidas hasta en la muer
te; curios?sima sepultura, ?nico ejemplar que conozco en Galicia, con
sitio para encajar la enorme l?pida que la cubr?a y a la que el vulgo bau
tiz?, como antes dijimos, con el nombre de ?santos sepulcros? abiertos
no muy lejos del Castro preromano del mismo nombre, pero a cierta
distancia de la iglesia parroquial, rom?nica, probablemente de ?ltimos.
del siglo xu (S), por lo que puede rotundamente afirmarse que all? debi?
(1) Alrededor de esta iglesia, que L?pez Ferreiro da como de dichos Can?
nigos (Historia de la Iglesia de Santiago, p?g. 299 del t.? IV), pero que Castell?
y Ferrer dice haber pertenecido a la Orden de Caballer?a de Santiago (Historia
del Ap?stol Santiago, folios 4001), hab?a diversas clases de sepulturas que lleg?
a ver este ?ltimo autor a fines del siglo xvr, unas altas ?de vara y media de
medir?, otras m?s bajas con una altura de ?pie y medio? y otras ?baxas, llanas
cc; la tierra>. Seguramente que entre estas ?ltimas est?n las de forma antropoi
de que cita el Sr. L?pez Ferreiro, y yo menciono, que aun hace poco se ve?an
talladas en los pe?ascos, donde tal vez aun existan, y que Castell? no pudo
describir como tales porque entonces aun estaban cubiertas con l?pidas que
ten?an ?h?bitos de Santiago?, seg?n el mismo autor nos dice.
(2) El Sr. Soto Campos en un trabajo que titula Taboadelo, publicado en
el t.? II, p?ginas 3945 del Album cient?fico literario, dice que esta sepultura es
?una cavidad sim?trica en la que cabe un hombre con los brazos tendidos a lo
largo? por lo cual, y en vista, adem?s, del nombre con que se la conoce, harto
expresivo, no vacilo en considerarla como una de tantas sepulturas antropoides.
(3) Suponiendo que sea antropomorfo este sepulcro, que Madoz en su
Diccionario geogr?fico dice estar ?trabajado en una pe?a?.
(4) Que el Sr. Murgu?a (obra y p?g. citadas) supone del siglo xui.
(5) Acerca de esta iglesia puede verse mi trabajo publicado en el n?mero
67 de este BOLET?N.
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