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?` $olettn de la Real Academia Gallega 121
friolera de 67 a?os. A estas alturas de su vida, podia sin miedo
mirar el camino andado y verlo florecido, como la estela de un
cometa. El, sin necesidad de andar envuelto en motines y alga`
radas teatrales, abrig? en su pecho un verdadero amor a Galicia.
Para m?s trabajar por ella, aparte de su campa?a literaria,
fund? en La Coruna (1891) la Asociaci?n Regionalista, que pronto
se difundi? por la provincia, contando con elexnentos valiosos,
como su amigo Galo Salinas, que cre? una filial en Puentedeume.
Pero cuando algunos elernentos, ni'po?tas, ni altruistas, ni ga
llegos, quisieron infundir a aquella fundaci?n de amor y paz, eI
gesto revolucionario y separatista, el patricio, elespa?ol, el ga
llego leal y fervoroso fu? alej?ndose de la Asociaci?n' ya bastar
deada; y este alejamiento no le fu? perdonado por los que quer?an
medrar a la sombra de la gallega custodia.
Como digna recompensa ' de sus m?ritos, D. Francisco sabo
re? con frecuencia el fruto de su valer.
Un d?a ?13 de Agosto de 1882? alcanzaba con ?xito y justi
cia, el nombre y lauros de primer dramaturgo en gallego, con su
obra: A Fonte do xuramento.
Otro ?1881 recib?a un premio del'Claustro ,d? la Universi
dad Compostelana, por su oda: Apoteosis de Calder?n; otros, ve?a
sus composiciones andar en boca de todos los gallegos, junto a la
m?sica'de su ?ntimo Pascual Veiga; como sucede en la celeb?rrima
Alborada, que todos cantamos.
Cuando Zorrilla vino a La Coru?a ?27 de Junio de 1883?, ?l
fu? el buscado para leer, en versos gallegos, el brindis al vate pe
regrino.
Si se abr?a una Exposici?n, o si, en los tiempos calamilosos
de Cuba, marchaba una expedici?n, las arengas y los himnos co
i rr?an de cuenta del vate ?do Sar e do Sarela?, como ?l a s? mismo
se. llamaba.
El propio D. Joaquin Rubi? y Ors, autor insigne de Lo gaiter
de Llobregat, le enviaba sus oomposiciones, para que las tradujese
al gallego. Todo esto, unido a los diversos cargos que desempe
?? en su vida, le daban m.?ritos para poder presentarse como factor
importante en aquel resurgir de las letras gallegas; y, lejos de eso,
?ni envidiado ni envidioso?, vivi? este ilustre poeta en la dulce paz
de su escuela de la Puerta de Aires, educando a la juventud y for
mando su familia.
Compon?an ?sta, su mujer y quince hijos, de los cuales seis