poletfn de la Real Academia Gallega , 279
SOBRE LA IDENTIFICACI?N DE LAS INSCULTURAS DEL "MONTE MOGOR"
CON LA MONEDA DE CNOSSUS
Sentado en el n?mero 105 de este BOLET?N, que las insculturas
del ?Monte Mogol.? son de origen hel?nico, sin m?s razones que su
identificaci?n con la moneda de Cnossus; como en la misma identifica
ci?n de la moneda, en la tradici?n del laberinto que aqu?lla repre
senta, y m?s elementos que entran en aquel estudio, pudiera haber
motivos de duda para los que, amantes de la ciencia hist?rica, quie
ran tener este dato como punto de partida para emprender sobre este
asunto nuevas investigaciones?que alguna vez hemos de sentirnos
nosotros capacitados para intentarlo, sin tener que esperar sanciones
extranjeras?, par?cenos oportuno publicar el presente estudio, encami
nado a evitar, en lo posible, aquellas dudas e ilustrar m?s, si cabe, tan
complicado asunto.
Ante todo, habiendo servido para la identificaci?n de aqu?llas el .
'laberinto que ostenta la moneda de Cnossug; como quiera que para los
que est?n al tanto del movimiento actual de la ciencia arqueol?gica,
ha de ocurr?rseles una grave duda, por cuanto hasta el presente no ha
podido probarse la existencia del tal monumento, tal cual nos lo supo
nemos, empezaremos por ?l nuestro trabajo, pues claro est?, que no
habiendo podido comprobarse la existencia de punto tan esencial, des
pu?s de las ?ltimas excavaciones efectuadas en Creta, tiene, necesaria
mente, que surgir esa duda, que si bien no destruye la identificaci?n
de la inscultura con la moneda griega, podr?a echar por tierra la rela
ci?n de aqu?lla con la leyenda . de Theseo; y si consideramos que la
moneda en cuesti?n no tiene fecha alguna que la acredite como perte
neciente a una ?poca dada, de las tres aserciones anteriormente senta
das, procedencia, relaci?n y fecha, que, unidas, esclarecen un punto
hist?rico, tan indefinido hasta el presente, cual es la ?poca en que es
tuvieron establecidas esas gentes griegas en el litoral gallego, y la regi?n
de aquel pa?s de d?nde eran originarias, quedar?a s?lo en pie una afir
maci?n, que corroborar?a tan s?lo, una vez m?s, la existencia, en un
tiempo, de aquellas gentes en nuestra regi?n, pero rodeada su memoria
de las mismas nebulosidades conque, hasta el presente, ha estado.
Como la existencia del laberinto, seg?n la idea general que de ?l