9o' Tjolettn de la 'leal ylcademia Gallega
antes': fructific? en breve. Y en efecto, hace poco m?s de media centuria,
que este noble pueblo gallego influido por las ideas modernas, que ,
abr?an su coraz?n a la esperanza y ofrec?an a su imaginaci?n, all? en los
limbos del porvenir, pl?cidas bienandanzas, comenz? a abogar por
reformas que levantasen sobre el pav?s del regionalismo la peque?a
patria galaica sin detrimento ni mengua de la unidad santa e intangible
de la gran patria espa?ola. Agrup?se, en torno de esta bandera, com
pacta hueste de j?venes animosos y, a impulso de este movimiento,
brot?, como por ensalmo, el renacimiento de la poes?a gallega, llamado
a consagrarlo en la esfera literaria.
?Qui?nes fueron los precursores de este renacimiento? ?Qui?nes han
sido los que, por modo directo o reflejo, recogieron en .sus obras esta
nueva era po?tica? A Pastor D?az, a Alberto Camino y a Afi?n, especial
mente a los dos ?ltimos, corresponde de derecho atan se?alado honor.
El Tibulo gallego, el apasionado cantor de Lina, el egregio hijo
de Vivero, era un alma genuinamente gallega influida por las tristezas
caracter?sticas de las gentes de este pa?s. No importa que, haya escrito
casi todas sus rimas en castellano, porque el estro que las inspira perte
nece a Galicia por entero. Lo mismo en su poes?a gallega A Alborada,
hermosa cual la sonrisa de la aurora, fresca como el despertar del d?a,
dulce como el canto de la alondra que remonta su vuelo, ?vida de saludar
con sus trinos la aparici?n del sol; que en su eleg?aco canto :A13 Luna,
quejido que arranca al alma la nostalgia de la ausencia; que en La Sirena.
del Norte, en la cual nos presenta a la falaz cantora defraudada en sus
esperanzas al ver que el atrevido nauta ha hallado en la celeste b?veda
una escala y en el polo refulgente una estrella que vela por su suerte y
le traza ruta m?s segura, se revela Pastor, D?az influido por una imagina
ci?n so?adora y melanc?lica, la cual hallar?a expresi?n m?s adecuada e
insinuante en el idioma regional. ?
El numen de la tristeza abri? tambi?n el alma tiern?sima de Alberto
Camino a los dulces halagos de la inspiraci?n. Sent?a hondo, cual suelen
sentir las almas identificadas con las inenarrables bellezas que ofrece
este incomparable pa?s; as? es que, no pudiendo . resistir su coraz?n las
expansiones de la indecible ternura y de la intensa pasi?n en que es
consum?a, se. rompi?, cual fr?gil vaso, arrebatando la muerte al amor de
las musas una existencia en la cual, los que celebraban las primac?as del
ingenio : del poeta, ten?an puestas sus esperanzas. Dicen que Dios se
lleva pronto las almas sensibles y amantes de lo bello, receloso 'de que
el barro de la tierra llegue alg?n d?a a manchar su pureza. Y, si esto es
verdad, habr? volado al cielo la . del poeta a gozar de las inacabables