BOLETIN DE LA REAL ,ACADEMIA GALLEGA I4I
gran se?or espa?ol, fuerte y: erguido, en quien, nadie pod?a
sospechar los muchos a?os que contaba y que ?l cuidaba
mucho de ocultar.
El mismo d?a anterior, a su muerte fu? visitado por ami
gos suyos del Centro Gallego, que buscaban su consejo en re.
laci?n con determinados problemas de dicha Sociedad,, a la
que ?l di? siempre lo, mejor de su vida, y le encontraron .son
riente y animoso, lleno de aquel optimismo que. era, tal vez,
la caracter?stica m?s acusada de su atrayente personalidad,
bien ajena al fatal desenlace que le esperaba.
Nativo de La Estrada, don Secundino, como todos le lla
maban, emigr? a. Cuba muy joven; pero en su coraz?n vi
vi? siempre el cari?o a la tierra lejana de su nacimiento, que
tuvo la dicha de visitar en varias ocasiones. No obstante,
junto a ese cari?o hondo a su nativo lar se levantaba otro no
Menos profundo al pa?s en el que se .hab?a, hecho hombre,.
forjado fortuna y constituido hogar. Convencido de la hon
radez de este doble sentimiento afectivo, aprovech? la ,amis ?
tad que ten?a con 'aquel venerable patricio y primer Presi
dente de Cuba libre, don Tom?s Estrada Palma, para labo
rar tenazmente por la mejor comprensi?n y la mayor; ar
mon?a entre cubanos y espa?oles, actitud que don Tom?s
compart?a, por justa y beneficiosa a la Rep?blica, y que
agradeci? profundamente.
Don Secundino Ba?os Vilar ha sido una figura ilustre del
foro cubano, y su Bufete y Notar?a gozaron siempre de bien
ganados y s?lidos prestigios. Orador de f?cil y elocuente pa
labra, era militante activo de las Sociedades Espa?olas de
Cuba, habiendo ocupado la presidencia del Casino Espa?ol,
as? como la del Centro Gallego, ?ltimamente en una situaci?n
harto dif?cil de esta Sociedad, acci?n que los buenos gallegos
no : podr?n olvidar jam?s. Por sus grandes merecimientos,
era Presidente de Honor . de ambas prestigiosas entidades.
Era, tambi?n, miembro correspondiente de la Real Acade
mia Gallega. Y pertenec?a, asimismo, a la Directiva (le la
Asociaci?n Protectora de dicha Academia, que ha vuelto a
ser impulsada en La Habana por el dinamismo y el fervor
patri?tico de un gallego y literato ilustre: el Padre Jos? Ru
binos, S. J.
Como todo buen espa?ol, fu? don Secundino un devoto