$olet?n de la Real Academia Gatlega 3or
un candelabro, un incensario y una corona de metal. Proveyeron
la iglesia de algunos libros sagrados, como dos Salterios, uno com
pleto y otro m?s peque?o (psalteriolo), un ordinum, un oracio
nario y un manual. No se olvidaron de la biblioteca del convento,
. y le regalaron un C?dice intitulado Explanatio, que ser?a la expo
sici?n de San . Gregorio Magno sobre Ezequiel, las obras del abad.,
Smaragdo, que hab?a florecido a principios del siglo Ix y compuesto
varias obras exeg?ticas y m?sticas, Homilias probablemente de San
Gregorio, los Di?logos del mismo, las Sentencias, Etimolog?as y
Sinonimias de San Isidoro, una colecci?n de Vidas de los antiguos
Padres (Geruntiquorum), las obras de San Pr?spero, el Liber Pre
nosticorum de San Juli?n de Toledo, un C?dice rotulado Gloso
matarum, que acaso contendr?a la obra del Venerable Veda sobre
la explicaci?n de algunas palabras oscuras de la Sagrada Escritura,
los cuatro o cinco primeros libros de los Morales de San Gregorio,
otro C?dice Octo vitia, otro intitulado Questionum y, por ?ltimo,
la ? Regla de San Benito.
?Conceden tambi?n las casas que hab?an edificado en torno
de la iglesia y eximen al monasterio de toda voz real y episcopal.
Se?alan, por ?ltimo, el coto del monasterio, que comprend?a las pa
rroquias de San Baudilio (hoy San Braulio) de Caaveiro, Santa
Maria de Caballar, Santiago de Capela, Santa Eulalia de Soaserra,
San Martin de Goente y San Pedro de Unia, los cuales bienes
los otorgantes hab?an adquirido por donaciones y compras que
ellos mismos, en especial San Rosendo, hab?an hecho? (1).
Tan considerable donaci?n marca el comienzo de una nueva
era de prosperidad para Caaveiro. El antes m?sero cenobio va
pronto a convertirse en importante centro religioso, que nada ten
dr? que envidiar en riqueza y poder?o a muchos de su similares
de aquellos tiempos.
San Rosendo, ya que no sea materialmente el fundador de
Caaveiro, es quien, en realidad, lo ha sacado de su insignificancia,
echando las bases de su floreciente vida posterior.
Caaveiro, probable residencia en un principio de monjes de
la orden de San Benito, aparece m?s tarde convertido en convento
de can?nigos reglares de San Agustin, sin que pueda precisarse
cuando se hizo esta transformaci?n.
Quiz? ella sea obra del mismo San Rosendo.
(1) ANTONIO LOPEZ FERREIRO, op. cit., tomo II. p?ginas 361362.
Donde dice San Pedro de Unoia debe entenderse, con toda seguridad, San
Pedro de Eume.