BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA 17
primero precedido de un prudente Apuntamientos el segundo ya
sin nada que le embarace; el primero a?n visa hacia la segunda
parte de su plan: los Elementos Etimol?gicos, este ?ltimo ya no
mira hacia esos horizontes.
Pero hay que notar que entre ambas a?n media una se
gunda redacci?n de la primera parte y una nueva de la segunda,
pues en ella se interrumpi? la redacci?n de los Apuntamientos
para un Discurso Apolog?tico sobre Etimolog?as, es decir, no
inici? realmente la segunda parte del t?tulo: y M?todo para apli
car los Elementos Etimol?gicos al Onom?stico de la Lengua Ga
llega. Reemprende una nueva redacci?n en 1766, que es la obra
que lleva el t?tulo de Elementos Etimol?gicos seg?n el M?todo de
Euclides y que en realidad se ha desviado del primer objetivo,
la lengua gallega, ampli?ndolo al castellano y a sus dialectos.
De esta obra hemos preparado una edici?n basada en el ms. de
la aut?ntica Colecci?n Medina Sidonia.
Esas concepciones del a?o 1758 y 1766 mezcladas con otros
'principios formulados hacia la misma ?poca en torno a la edu
caci?n de los ni?os (que tambi?n tuvieron dos redacciones) fun
cionan ahora en este escrito de la vejez, hecho a libro cerrado, de
manera insistente.
No se resign? jam?s el P. Sarmiento a aceptar el consenso
casi un?nime de sus amigos y contertulios de que las etimolog?as
eran un vano juguete del capricho humano, que era un pasa
tiempo in?til y est?ril el dedicarse a estudiarlas. Por eso abre su
?ltimo Discurso Apolog?tico dirigi?ndose a las tres clases de gen
, tes que coinciden en censurarlas. El consentimiento un?nime de
ellos no le convence para desistir de su ocupaci?n favorita, el ig
norante debe callarse, el erudito de industria que anda por las
librer?as madrile?as estableciendo su tribunal censorio debe
hacer lo mismo y a los doctos universitarios les incita a dedicarse
a "esa gustos?sima arte" de "rastrear etimolog?as".
Tras esta incitaci?n y una digresi?n sobre la kab?la (as? acen
tuada) entra en la cr?tica de la labor etimol?gica de los portu
gueses, en la cr?tica del P. Bluteau y de sus voces ex?ticas cuya
etimolog?a exige ampl?simo conocimiento de lenguas orientales,
africanas y americanas, se?alando luego la bibliograf?a a que
se puede acudir.