Doletin de la Real ylcademia Gallega 273
Traza el camino que recorre Rosalfa desde los Cantares,
que son como el p?rtico, pasando por Follas Novas, que es el
?interior del edificio, hasta En las orillas del Sar, que es el san
? tuario, diciendo que en estas se despide de todo con inmensa tris
teza; pero en unos y en otras es siempre el poeta de las albo
?radas, que todo lo ve, transponiendo con su vuelo lejanos hori
?zontes que en su esp?ritu se dibujaban con fuertes perfiles y
claros contornos.
? Es, en suma dice?, Rosal?a de Castro el resumen de toda
? nuestra poes?a, la expresi?n de la raza, sublime hasta en lo fes
? tivo y lo sarc?stico, como en El caballero de las botas azules.
? Rosal?a no era un poeta; era una lira de la cual arranc? to
? das las armon?as de la Naturaleza, auroras y crep?sculos, roble
? dales y pinares, pues a todo cant? respondiendo a su esp?ritu
?enteramente musical. Cantando los pinos, nadie, como no fuese
?Miguel Costa, ha logrado superarla.
? Por eso, como nadie personifica nuestra poes?a, encarn? la
? tierra gallega, hizo salir de las entra?as de ?sta vibraciones in
, comparables.
?La poesfa de Rosal?a ?exclama? lo mismo en los Cantares,
? ingenuos, sencillos, con el aroma de la juventud, que en las Follas
'Novas, tristes, con `la reflexi?n y la amargura, En las orillas del
? Sar, profundamente melanc?licas como el ocaso de un sol y de
?un alma atormentada, si se las mira en conjunto, parecen un rau
?dal de agua cristalina que brota entre las piedras musgosas de un
?dolmen, que pasa buscando las lindes de los r?sticos caser?os for
?mados con barro y paja Como el nido de las golondrinas, que
? serpentea entre robles y casta?os al pie de la ermita solitaria
? que refleja ?en la vega de la aldea? el viejo campanario parro
? quial, y que, acrecentado con la sangre, con las l?grimas y el su
? dor de una raza, noble pero demasiado resignada, va a morir, no
? en las hermosas r?as, peque?as para contenerle, sino en la misma
? alma gallega de donde hab?a brotado el manantial ... Que es
? grande y tormentoso como el Oc?ano, y por las amarguras que
*la tiranf a ha hecho pesar sobre ella, salobre como sus olas ... ?
Las dificultades todas estaban vencidas. El dar vida a los
sentimientos patri?ticos despertados en el pueblo, 's?lo hab?a po
dido lograrse utilizando la lengua materna, pues la oficial, como
extraf?a y tan s?lo como lengua de relaci?n, no podia hacerlo.
Compenetrada el alma del poeta con e1 alma popular, resurgieron