BOLETIN DE LA' REAL ACADEMIA GALLEGA 241
Q?ed? en algunos como pesadumbre, en los'mas como dulce
y romantico recuerdo ?puede ser tambi?n el temprano y ?spero
deseriga?o r?m?ntico? la impresi?n del aula o la celda claus
tral de la filos?f?a explicada muy de ma?ana, en los ?ltim?s
alumnos de la "Escuela" a trav?s de los conventos amenazados
de ruina... pensemos en los estudios de Araujo de Lira en las
aulas de Humanidades de Tuy y en las de Filosof?a en Samos
donde le sorprendi? la exclaustraci?n y en la juventud estudio
sa v retirada de Juan Manuel Pintos, habitante de una celda'
del convento de Dominicos de La Coru?a.
Es t?pica en la literatura y recuerdos del XIX la pobreza y
crueldad de las pasant?as y colegios. Es heroica la fuerza de es
p?ritu de muchos j?venes. bien ; dotados, entonces ?y hoy ;mis
mo? dedicados a una ingrata labor de muchas horas.,
Murgu?a tratando de Leonardo, S?nchez Deus ha trazado el
aguafuerte de las pasant?as de lath" en Santiago... "...trabajo
nulo y sin esperanza... Casas tristes en arrabales apartados:
aire de privaci?n: en todas partes las se?ales indelebles de la
penuria del que las habitaba..." En "la. Galicia ,de transito a for
mas, aun oscuras, "de economic' y vida el pasante es la versi?n'
debilitada del fraile de otros tiempos.:
La nota optimista no deja de aparecer. Hubo tambi?n Co
legios animados por alguna personalidad vigorosa y atrayente:
de maestros rurales con dotaci?n de 440 reales por cuatro me
ses, de 320 por tres en 1845? queda en muchos lugares el caso
de e,jemplares vidas:
En Orense dej? memoria la Academia del Dr. Puga, medico
de mucha ;y duradera reputaci?n. En su academia se explicaban
todas las materias de Filosof?a y . Artes necesarias para entrar
en la carrera universitaria.
No se mostr? f?cil la adaptaci?n de las ense?anzas eclesi?s
ticas y el peri?do de su preparaci?n. Sobre ellas y sobre materias
y c?tedras determinadas no falta bibliograf?a. No todos los Se