146 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
Yo no podr?a aceptar tan se?alada distinci?n, existiendo
como existen? tantos acad?micos que cultivan su especia
lidad. cient?fica, con dotes muy superiores a las m?as, de ,no
mediar especiales circunstancias que me mueven a no negar
me. .Es lo primero que me obliga a ello, el afecto que siem
pre conserv? a mi finado profesor, tan ligado:? mi vida; y
conocido por m? tan de cerca que su figura sigue, .y seguir?,
espej?nd?se en los entresijos de mi alma: Par?ceme estarle
viendo todav?a, y, por cuanto debo a su persona, bien puedo
considerarme como depositario de sus m?ltiples facetas, cien
l?neas, literarias y pedag?gicas.
He conocido a don Gonzalo, cuando en 1918 ingres? muy
ni?o en el Instituto Da Guarda, donde despu?s en los a?os
1923 y 1924 fu? su disc?pulo de F?sica y Qu?mica. Re
cuerdo muy bien la fuerte impresi?n que me" causaron `'sus
explicaciones y experimentos en C?tedra, tan llenos cle 'ame
nidad como de hondo contenido cient?fico. De aquellas fe
chas' data mi inclinaci?n al cultivo de las Ciencias Cosmol?=
gicas`y, con aquellas lecciones, definitivamente qued? encau
zada mi vocaci?n innata por las mismas.
Fu?, tambi?n,' Uno de sus alumnos ayudantes y continu?
si?ndolo en el decurso de mis estudios universitarios. Termi
nada mi carrera, nombr?ronme Profesor Ayudante 'de Cla
ses Pr?cticas para su C?tedra de F?sica y Qu?mica y para la
de Ciencias Naturales. Pero ni estos ni otros cargos, ni si
quiera mi orientaci?n naturalista, que culmin? obteniendo
por oposici?n en el a?o 1941 una C?tedra de .Historia Natu
ral, fueron obst?culo para continuar nuestras relaciones cien
t?ficas. Antes al contrario, todo ello, unido a la amistad de
nuestras familias, hizo nacer entre nosotros, entre profesor
y alumno, un afecto que fu? agigant?ndose de d?a en d?a y
estrechando nuestros corazones en un lazo que no se puede
romper ni aun con la muerte.
Por todas estas circunstancias de alumno, ayudante y
compa?ero, es f?cil presumir la emoci?n con la cual recibo
este encargo de la docta Corporaci?n Gallega, a la cual ten
go que agradecer esta alta distinci?n que me otorga, lamen
tando no poseer las dotes a las que acabo de hacer menci?n,
para reflejar fielmente cuanto ha sido este hombre, al cual
tanto debemos sus antiguos alumnos. Y esto es mucho; es,