80 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
bauer. Tampoco encontraremos a los Kimerios en Inglaterra
(des que Homero dice de verdad Kimmerioi, y no, como parece.
m?s probable, Cheimerioi, quiz? Kerberioi que, en todo caso,
pertenecen a otro mundo de epopeya, al de la expedici?n argo
t?utica que se menciona en la Odisea, XII 70), Caribdis en Gi
braltar y la isla de Calipso en Madeira como quiere Hennig
(Die Geographie des Homerischen Epos, 1934). Tampoco cami
naremos alegremente por sendas del Mediterr?neo en constante
trance, de reconocimiento como el meritorio Victor B?rard, f?cil
v?ctima de menos simp?ticos pero m?s rigurosos homerizantes
recientes. En realidad las im?genes (de esto se trata) creadas por
el poeta han te?ido las realidades, a la imaginaci?n de mu
chos de los mejores, ya desde la antig?edad cl?sica.. T?cito en
cuentra huella del infatigable viajero en Germania y la leyenda
le atribuye m?s tarde la fundaci?n de Ulisippo (Lisboa). Frente
a los desvar?os de los localizadores toman posici?n los que nie
gan toda realidad a la navegaci?n hom?rica, que consideran todo
como ocurriendo en un mundo imaginario. Ya Erat?stenes, se
g?n Estrab?n (I 24), y de ello hace 2200 a?os, dec?a bromeando
que se descubrir?an las singladuras de Ulises cuando se hubiera
descubierto el nombre del guarnicionero que hab?a cosido el
odre de los vientos de Eolo. Si no cortamos radicalmente por lo
sano, no es por ignorar que la llamada ?realidad? no afecta esen
cialmente a la en?rgica acci?n, a los caracteres, a la majestuosa
poes?a de una de las cumbres de la vida mitopo?ticacreadora
de la humanidad ?Homero, los tr?gicos, Plat?n, Cervantes,
Shakespeare?. Sin embargo, podremos comprender m?s ?nti
mamente una obra de arte si .las l?neas decisivas del orden tanto
espiritual como est?tico y material dentro de las cuales se crea,
nos son, por lo menos parcialmente, conocidas.
?Qu? visi?n ten?a el poeta de la Grecia occidental, principal
escenario de la culminaci?n de la epopeya? C?mo se figuraba
el ?Far West? mediterr?neo desde el Cabo. Malea hasta Gibral
tar, hasta las m?rgenes del m?tico Ok?anos? Caben, pienso tres
actitudes: la primera la de Erat?stenes, ya mencionada, pero
que, en realidad no corresponde a ninguna moderna, pues para
estos escoliadores antiguos, que luchaban contra las interpreta
ciones aleg?ricas, hab?a un substratum de experiencia po?tica o
art?stica; vinculado a la ?realidad?; la segunda acepta la geogra