54 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
cia? como son los animales. No importa cual sea la creencia
y la confesi?n: El materialista acortar? las distancias y llegar?
casi a la identificaci?n del hombre con la bestia. Descartes apu
rado con la consecuencia de sus premisas definir? a los brutos
como animales m?quinas. Para otros como G?mez Pereira (pre
cursor cartesiano), los animales ni siquiera tienen alma sensi
tiva, y en un polo opuesto con una atrevid?sima tesis, casi pa
rece escandalosa para nosotros, se levant? la gigantesca figura
del gran pensador Jaime Balmes para dejarnos entrever que los
animales tienen alma espiritual. Esto ?ltimo no vamos a discu
tirlo, s?lo lo apuntamos para mejor apreciar a Feijoo que vivi?
en el siglo anterior al gran pensador de Vich. S?lo enumerar
las teor?as que tan dificil?simo problema ha suscitado, ser?a
tanto como hacer un tratado completo de la Historia de la Fi
losof?a en torno a la Psicolog?a. Pero unos y otros, todos ellos, Y
nosotros mismos, convenimos en el primer postulado hecho al
comenzar este cap?tulo: De todo cuanto existe en la Tierra nada
hay tan semejante al hombre como los animales.
La controversia, despu?s de lo anotado, es precisar hasta
donde llega esta semejanza, y Feijoo, al trav?s de su obra, se
enfrenta valientemente con este problema, uno de los m?s ar?
duos que preocuparon a la Filosof?a de todos los tiempos. El
Padre Maestro discurre al trav?s de su obra para medir y s?
pesar ?hasta donde llega el alma humana y donde empieza el
alma de las bestias. Discurre con entera libertad y nada, abra
lutamente nada, le aparta de su camino, como no sea su firmeza
en la F? Cat?lica. Ante nada retrocede con tal que no se oponga
a su Dogma, que es su luz y norte luminoso.
Este tan resbaladizo problema lo analiza principalmente en
todo el Discurso Noveno del tomo III de su Teatro, el cual se re"
fiere a la "Racionalidad de los brutos". Pero vuelve a ocuparse
de tema tan fundamental en otras partes; en las Cartas, to
mo IV, a partir de la p?gina 230 (en la edici?n que hemos 1.0a
nejado), donde se refiere principalmente, al instinto. En las
mismas Cartas, tomo VI a partir de la p?gina 81, estudia si en
los brutos hay percepci?n del tiempo, como en nosotros??? In
fin, es tema repetido en ?l, seg?n tendremos ocasi?n de eStli?
diar. Ante tal "revolutum" de notas, a veces de dif?cil an?lisis,
por las dudas que se suscitan en el monge gallego, no pode0
seguir un orden que hoy, en el siglo XX, ser?a de desear. Fre?