156 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
por este camino y lo m?s importante ya ha sido hecho. Las co
lecciones 8.a y 11.a esperan a?n hoy en gran parte la luz de la
publicidad, incluso buen n?mero de los manuscritos del propio
Sarmiento. No hay raz?n para publicar la colecci?n 8.a, que s?lo
podr?a ofrecer alg?n inter?s para historiadores. Las colecciones
literarias y las de viajes ya est?n en lo fundamental publicadas.
Y creemos que en esa campa?a editorial que propone el sabio
benedictino bien podr?a a?adir luego obras de matem?ticas, f?
sica ,qu?mica, etc., traducciones de obras extranjeras a fin de
excitar a Juan Espa?ol a superar el unilateralismo de las "letras"
o literatismo, de modo que fecundada por la ciencia extranjera
surgiese una ciencia positiva nacional, atendiendo menos a la
silog?stica y a las pol?micas de terminolog?a escol?stica de
cadente.
* *
Por su intensa actividad de estudioso desarroll? el Padre
Sarmiento un agudo, certero y penetrante sentido cr?tico del
libro y de su adecuaci?n para el lector. Era, o pod?a ser, dado
su recogimiento, todo un mentor para el que se propon?a leer, y
esto sin caer en un directorio moral de v?a estrecha. "El Padre
Sarmiento, tipo perfecto de la antigua erudici?n monacal, var?n
extraordinariamente noticioso e incansable y f?rreo en el trabajo
de leer y de extractar, pas? la vida escribiendo, o por mejor de
cir, tomando apuntes no para el p?blico, sino para recreo propio
y de sus amigos", escribe Men?ndez Pelayo ". Sin embargo, he
mos de advertir que muchos de sus escritos son informes pedidos
por autoridades, como el conde de Aranda o el bibliotecario
mayor de la Biblioteca Real, don Juan de Iriarte. Y su obra m?s
importante de bibli?grafo no careci? de difusi?n, especialmente
al publicarse en el "Semanario erudito" a?os despu?s de su
muerte.
Bibli?grafo riguroso, cuando habla de libros es porque antes
los ley?, de modo que orienta e informa con seguridad. Podemos
decir que compart?a los criterios del Canciller Bac?n de Verulam
cuando ?ste indica: "L?ase no para contradecir o impugnar ni
para creer y dar por admitido, ni para 'encontrar tema de charla
la Repitiendo el juicio que de sarmiento formula Juan Sempere y Guarinos
en Ensayo de una biblioteca espa?ola de los mejores escritores del reynado de
Carlos III. Madrid, 1785; tomo V, p?g. 110.