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Too Doteiin de la Real Academia Galtega
Ciudad por no tener los vecinos la precauci?n de cerrar las puertas, con
sent?miento de nuestras tropas, que a voces pedian escalas para subir la
muralla.
?Aun cuando estuvieran entera y legalmente comprobadas y
averiguadas las circunstancias que se suponen en este caso, no de
biera estamparse en un papel p?blico e impreso, que no solo circula
en la Peninsula sin? tambi?n en los pa?ses extranjeros, unas expre
siones concebidas en unos t?rminos tan impropios y generales, que
por ellas se impone, a la faz del universo, una nota infame a una
Ciudad de las m?s ilustres de este Reino de Galicia, comprendi?n
dose en ?lla a sus m?s distinguidos habitantes,"perseguidos y entera
me?te aniquilados por su c?nstante fidelidad y adhesi?n a la Patria
y a su leg?timo Soberano.
?La injusticia que del aserto del Sr. Taboada se sigue, y el equi
? vocaao concepto en que se halla, resulta de la seneilla narraci?n de
hechos bien notorios, de .los que, permaneciendo todavia se?ales muy
patentes, no permite revocar en duda su certeza, por lo cual se dig
nar? V. M. aplicar por un momento su atenei?n.
?Este pueblo, Softer, sorprendido por la r?pida e inesperada
retirada de los ingleses, y acometido por un numeroso ej?rcit? enemi
go, en el corto espacio que medic') del 3 al 6 de Enero, ocupado y
absolutamente embarazado por las disposiciones que aquellos daban
para sostener su retirada"; sin auxilio alguno de dentro ni de fuera,
ni esperanza de el, clam? on los primeros momentos por socorro,
despachando, con toda diligencia, propios volantes al ej?rcito, fomen
tando alarmas en el pals, y dando avisos a todas las oiudades y pue
blos del reino, hasta que, viendo la absoluta imposibilidad de defen
derse, tomaron la generosa resoluci?n de abandonar sus hogares,
conveniencias e intereses de que pend?a on gran parte su subsisten
cia, todos los habitantes m?s ricos y distinguidos, que, o por enfer
medad o por alguna critica situaci?n, no estuvieran impedidos.
?El modo, y el recio y deshecho temporal que on aquella saz?n
habia, presenta en este primer paso una escena, la m?s tierna y
digna de compasi?n; arrastrados ni?os de tierna ed?d, mujeres deli
cadas de todas clases atravesando a pie entre el agua y el fango, y
todos pr?fugos, atropellados, y aun faltos de alimento por la confu
si?n y desorden, preeisa consecuencia de las circunstancias, y esto a
pesar de las repetidas insinuaciones y protestas del enemigo de que
se conservarian las personas y propiedades de los habitantes que no
abandonasen sus casas. "