374 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
(Francia), retornando a Inglaterra en abril del siguiente a?o,
a tiempo de poder preparar la expedici?n a Portugal.
Las fuerzas que el conde de Cambridge pensaba reunir
para su expedici?n a Portugal consist?an en 3.000 hombres,
entre los cuales se contaba e inclu?a la mayor?a de los refu
giados castellanos que resid?an en Inglaterra. Este ej?rcito iba'
a actuar como una especie de avanzada del grueso de las
fuerzas de Lanc?ster que bajo el mando supremo del propio
Gante invadir?an Castilla atravesando Aquitania, cuando el
duque hubiese liquidado sus asuntos en Escocia. En esta ex
pedici?n ten?a Andeiro el mando de 120 hombres de armas
y 120 arqueros (29). La expedici?n se proyect? para salir
hacia Portugal en el mes de mayo, pero el estallido de la Re
voluci?n Campesina hizo que la fecha se dilatase hasta fines
del mes siguiente. Antes de que Andeiro y sus compa?eros
salieran de Inglaterra, el palacio de Savoy hab?a sido sa
queado y quemado por una airada muchedumbre, que ve?a
en ?l un s?mbolo de las pretensiones del de Lanc?ster por un
reino en el continente y tiran?a en el pa?s. Poco despu?s, la
armada angloportuguesa sale con rumbo a Portugal conde=
ciendo la expedici?n y arribando a este pa?s alrededor del
19 de julio.
Con la marcha de Andeiro a Portugal terminan sus cela
ciones con Inglaterra. Los, relatos que tenemos de lo acaecido
al de Cambridge en Portugal, no parece indicar que el nuevo
conde de Ourem desarrollase una solicitud muy especial por
defender la 'causa de un hombre que tanto lo hab?a protegido
en los a?os de destierro. Lo poco que de ?l conocemos es que
pod?a consider?rsele como un oportunista t?pico, y de esa
clase de aventureros que aquella guerra de los Cien A?os pro
dujo en tan gran cantidad. Es posible que en las guerras de
Francia y en contacto con los ingleses su experiencia militar
se hubiera acrecentado, y que esto hubiera tenido alguna in
fluencia para llevar a cabo en el ej?rcito portugu?s alguna de
aquellas reformas que Fernando hab?a iniciado en los ?ltimos
a?os de su reinado. Las circunstancias hab?an cambiado, y el
antiguo refugiado castellano llegaba ahora a ser la figura m?s
importante en la corte portuguesa. De cualquier manera ?l no
(29) Perroy, L'Angleterre et le Grand Schisme, p?g. 220.