190 ljoletin de la Real Academia Gallega
acendrado culto al deber que regulaba sus acciones; y as? pudo, con la
frente erguida, recordar a su rey y se?or, en la obra calderoniana:
?Yo, que en vuestra infancia, cuando
el clavel reci?n nacido,
desplegado no se hab?a
? de su rosado capillo,
despreciando inconvenientes,
atropellando peligros,
de vuestra primera cuna
os saqu? en los brazos m?os,
y en las mantillas, que as?
lo repite el pueblo a gritos,
dije: ??C?mo, castellanos,
confusos y divertidos
os mostr?is, teniendo rey,
que aunque ahora es tierno ni?o
gigante ser?, que d?
miedo a los futuros siglos?
Este es vuestro rey, hidalgos,
de Alfonso y de Urraca hijo (1),
leg?timamente due?o
de las Barras y Castillos?.
Esto dije, y en la Iglesia
Mayor os obedecimos,
yo el primero
En ausencia
vuestra, a ser m?s atrevido,
quisieron hacerme rey;
y quiz?, se?or, los mismos
que hoy quieren hacerme nada.
?Plies c?mo se ha convenido
obedeceros infante
y joven no? Quien no quiso
sin peligro coronarse,
6c?mo querr? con peligros;
tan grandes, como perdiendo
la gracia vuestra? ?
(r) Otra distracci?n del glorioso autor de El Alcalde de Zalamea. Como sabe todo el
mundo D. Alfonso VII era hijo de D. Urraca y de su primer esposo D. Raimundo o Ram?a
de Borgo?a, y no del segundo, el aragon?s D. Alfonso el Batallador, como Calder6n insin?a