Bolet?n de la Real Academia Gallega r73
intimidades de su hogar lo que eram?s grato a su enxebre galleguismo
y a su esp?ritu cultivado.
Gracias a estas aficiones de hombre superior, pose?a . un archivo
gallego de lo m?s curioso y Una riqu?sima y completa biblioteca de
autores gallegos, en la que se encontraban obras de m?rito excepcional,
buena parte de las cuales se han recibido como donativo en la Real
Academia Gallega, por env?o especial de la Asociaci?n Protectora de
nuestra Instituci?n en la Habana.
Como todos los abnegados, Fontenla muri? pobre a los 54 a?os
de edad, siendo una de las personalidades m?s significadas entre nues
tros paisanos de Cuba y entre cuantos conoc?an sus grandes y sobresa
lientes m?ritos.
Experto y habil?simo dibujante lit?grafo, obrero manual modesto
y sencillo, fu? de los que llevan .na frente unha estrela ?, de que habl?
Curros, y fu? el vidente que tuvo la sublime inspiraci?n de saber corn
prender que ?los tiempos eran llegados* como hab?a anunciado Pondal.
Gloria suya imperecedera ser? en lo futuro la de haber dado vida a la
Instituci?n cultural que la patria de todas sus adoraciones y de todos
sus cari?os necesitaba para hacer revivir nuestra m?sica y resucitar
nuestro pasado y descubrir nuestras riquezas arqueol?gicas y sacar del
olvido los ignorados esplendores de nuestro propio idioma...
Y as? surgi? la Academia Gallega. Y as? qued? inscripto para
siempre el nombre de Fontenla en las ?ureas regiones de la Inmor
talidad...
?
Lo mejor, lo m?s admirable que hay en la biograf?a de este lucha
dor incansable, de este gallego modelo, de este hombre todo voluntad,
es precisamente lo que est? m?s oculto por pecado de su excesiva
modestia. Odiaba las exhibiciones; sent?ase enemigo de todo lo que
significase vanidad; hab?a nacido para huir de toda ostentaci?n
farandulera; s?lo sab?a vivir la vida del esp?ritu, con el insaciable af?n
de sentir el encumbramiento de Galicia. En el arca de su pecho llevaba
guardados todos los tesoros de su alma noble y generosa.
Eran esos tesoros de honda ternura y de amor ?nico e inextingui
ble que se deshicieron en l?grimas de alegr?a cuando volvi? a ver esta
su tierra y se desbordaron en l?grimas de tristeza cuando tuvo de
nuevo que dejarla.