86 joletin de la Real. Academia Gallega
fuerza de mixtificarse. Precisa, adem?s, recoger nuestros cantos populares,
? las dulces melod?as de su incomparable m?sica; conservar los monumen
tos de car?cter art?stico, testigos mudos de las pasadas edades y exponen
tes de pret?ritas civilizaciones; remover los escombros de las agrestes'
ruinas, en los cuales se encuentran verdaderos tesoros arqueol?gicos como
los descubiertos no ha mucho en Portugal; y, por ?ltimo, examinar los
? archivos antiguos que constituyen la fuente de la paleograf?a y de todas
las dem?s ciencias auxiliares de la historia. Para conseguir todo esto, para
evitar la desaparici?n del idioma que prestara los elementos constitutivos
del de Cervantes y de Camoens, la lengua con que se escribiera en el
siglo ix el ?Poema hecho a la p?rdida de Espa?a por la invasi?n dejos.
sarracenos; las ?C?ntigas, de Gonzalo .Hermiguez? en el xi; la ?Cr?nica
Troyana? en el xiv; la ?Cr?nica Iriense, de Ruy V?zquez? en el xv; el
?Nobiliario? de. Aponte, en el xvi; las poes?as de nuestros ?Trovadores?
en la Edad Media; y las creaciones sublimes de Camino, A??n y Rosal?a
Castro en nuestro tiempo; para impedir que el arado sepulte bajo su reja
o pase brutalmente sobre los tesoros arqueol?gicos que tanto abundan en
nuestra regi?n, especialmente en su zona meridional, tesoros que tanta
? luz est?n llamados a dar a la ciencia y tanto esplendor a nuestros futuros
museos provinciales; para conservar la pristina pureza de nuestros cantos ?
populares, donde parece vibrar, al trav?s de los tiempos, el esp?ritu indo
mable' y amoroso de nuestros progenitores; para conseguir todo esto,
repetimos, se ha instituido la Academia Gallega.?
Y esa y no otra es la labor que compete a los nuevos Acad?micos,
secundando la que hace tres lustros iniciara el Ap?stol de la redenci?n
gallega; el grande, el glorioso; el inmaculado. Curros' Enr?quez. Porque
mucho se hizo, sobre todo en estudios filol?gicos, de arqueolog?a e his
toria, pero mucho falta por hacer.
Aun est? sobre el tapete una cuesti?n que a Galicia interesa en grado
sumo y que se hace urgente aclarar: la de cu?l sea nuestro verdadero
. blas?n?her?ldico, es decir, el escudo regional, y cu?les los colores de la
bandera gallega,
El P. S itelo, en su Historia d? Galicia, refiri?ndose al escudo de
armas de nuestro antiguo reino, explica sus s?mbolos y afirma que data
de ?pocas remotas; pero nuestro sabio historiador y maestro, Sr. Murgu?a,
en un trabajo, notable como todos los suyos, que vi? la luz en 1887,
haci?ndose cargo de las opiniones vertidas por el P. S ?telo, sostiene que
las Armas de Galicia son relativamente modernas y que su antig?edad
no puede llevarse m?s all? del siglo xvi; que siendo com?n opini?n que
tales escudos y emblemas no empezaron a ser generales hasta ?ltimos del
?