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Con esta obra, qued? completamente ocupado y lleno el solar y
terreno pertenecientes a los dominicos, y, por lo tanto, sin m?s espacio
para hacer en ?l nuevas edificaciones. Las mencionadas son las ?nicas
a que podemos referirnos en concreto, y aunque a fines del siglo XVIII
fu? reedificado parte del convento, como luego volveremos a decir, nos
pareci?, en realidad, sup?rfluo, el practicar m?s investigaciones relacio
nadas con otras obras, por tratarse de un edificio que ya no existe,
pues todos recordamos que en el a?o 1907 fu? demolido casi en su
totalidad por el Ayuntamiento. El peque??simo resto que de ?l se con
serva, fu? cedido a los frailes, y les sirve hoy de residencia.
Respecto a la iglesia, en 1655, deb?a estar definitivamente termi
nada como se deduce, de ciertas diligencias judiciales dictadas contra
la Escurrida, 'apodo por el que era conocida en todo el pueblo y con
el cual, sin otro nombre, figuraba en algunos documentos, Antonia Gon
z?lez, due?a de un horno que de antiguo exist?a dando frente a la puerta
principal de dicha iglesia.
La Escurrida, cuando debido a los rigores del tiempo no pod?a
conducir le?a gruesa para el sostenimiento de su horno, velase en la
necesidad de tener que cocer el pan para ?dar abasto ala Republica?,
con le?a de tojos verdes.
Contra el empleo de este combustible dieron los frailes ?en el
mencionado a?o una queja a la' Audiencia diciendo, que el humo
que produc?a la mencionada le?a de tojo, se introduc?a por la puerta
del templo y arruinaba el retablo del altar mayor ?que nuebamente se
ha echo?, los colaterales, frontales y dem?s ornamentos que en ?l
exist?an.
Dos Oidores, D. Juan Fern?ndez de Talavera y D. Paulo Arias
Temprado, el 11 de Abril del a?o referido, vieron y miraron ocular
mente como, en efecto, el humo que sal?a del repetido horno, entraba
en el convento, y mandaron a la Escurrida que, en adelante, cociese
solo con le?a gruesa que no echase humo, absteni?ndose de hacerlo con
tojos verdes ni secos (1).
Este peque?o incidente nos prueba como en la ?poca aludida, la
iglesia de Santo Domingo, estaba del todo fabricada, hall?ndose al
(1) Las cuestiones entre los religiosos y los sucesivos propietarios del famoso horno
sobre el empleo de los tojos para cocer el pan, duraron bastantes a?os. De 1682 son los ?ltimos
autos judiciales que conocemos relativos al mismo asunto, y en la propia fecha a?n el horno
continuaba ? llam?ndose de la Escurrida, a pesar de haber fallecido ?sta con mucha ante
rioridad.