2o0 $aletin de la leal Academia Gallega
ECOS DE LA PRENSA CORU?ESA
LA LLEGADA DEL EXCMO. SR. CONDE DEL RIVERO
En el vapor "Espagne", de la Trasatl?ntica Francesa, que debi? salir
anteayer de la Habana y que har? su primera escala en nuestro puerto, vie
ne a la tierra de sus mayores el Conde del Rivero, gerente del "Diario de la
Marina" de la capital de la Gran Antilla.
El Conde del Rivero es una personalidad prestigiosa y de intenso re
lieve en el pa?s. cubano. Conociendo la importancia del popular rotativo de
cano de la prensa habanera, honra ' del periodismo hispanoamericano, no
se precisa realizar ning?n esfuezo para hacer que resalte la figura de aquel
ilustre colega que ser? dentro de breves d?as nuestro hu?sped, s?lo por esca
s?simas horas, toda vez que en el "Espagne" ha de seguir viaje a Santander.
Tan distinguido personaje, como no ignoran muchos de nuestros lecto
res, es el primog?nito de aquel venerable don Nicol?s Rivero, modelo de pa
triotas y de periodistas de fibra que supo llenar con su nombre glorioso mu
chas p?ginas espa?ol?simas, defendiendo a costa de inn?meros sinsabores
los intereses de los compatriotas emigrados y los prestigios de la patria co .o.
m?n en las tristes jornadas de la insurrecci?n cubana y en las m?s tristes
todav?a que subsiguieron al desastre , colonial. El, con su hermano don Jos?
Ignacio, escritor cult?simo y brillante, tiene sobre sus hombros la dif?cil y
patri?tica misi?n de continuar, mejor?ndola en lo posible, la gran obra his
pan?fila iniciada y avalorada por su digno padre y a la que acert? hacer
justicia don Alfonso XIII al otorgarle 1 el t?tulo nobiliario de Conde.
Representa este arist?crata del periodismo?arist?crata de la pluma por
derecho propio antes de haberlo sido honor?fico por gracia del Rey de Es
pa?a?al "Diario de la Marina", que, para los gallegos, resulta algo familiar
y digno de eterna gratitud, ya que en ?l encontr? nuestro Curros Enr?quez
una hospitalidad generosa capaz de endulzarle las amargas horas del des
tierro. La familia Rivero fu? para el insigne autor de "Aires da mirla Terra"
como prolongaci?n de su propia familia; y las dulces y gentiles manos de
las bellas hermanas del que dentro de breves d?as pisar? tierra coru?esa
?una de las cuales era ahijada de Curros?, supieron cerrar piadosas los (!
ojos del infeliz vate de Celanova, cuando ?ste exhal? eI ?ltimo suspiro.
No debe, pues, pasar inadvertida la presencia del Conde del Rivero en
la hospitalaria y culta capital de Galicia, que guarda con orgullo y amor
los restos de Curros Enr?quez. Entendemos que la Coru?a h?llase obligada mo
ralmente a rendirle un afectuoso testimonio de simpat?a a tan ilustre hu?sped.
Tanto m?s, cuanto que en el "Diario de la Marina" sigue profes?ndosele un
culto perenne a la memoria del cantor excelso de "A Virxen do Cristal", hasta
el punto de que hace pocos a?os?despu?s de una visita de don Nicol?s Ri
vero al cementerio coru??s?se abri? en dicho colega una suscripci?n para
dotar a Curros de un monumento digno de su fama, suscripci?n que arrojara f,
unos miles de pesetas. Y ahora que viene el primog?nito de don Nicol?s a
Espa?a, y el buque que Io conduce har? escala en la Coru?a, bien podr?an
aprovecharse las breves horas de su estancia entre nosotros para tratar con
?l?al propio tiempo de cumplimentarle?de la inversi?n que conviene dar
?