Estudios e investigacións sobre o P. Sarmiento
BOLETÍN DA REAL ACADEMIA GALEGA
haber publicado en un impreso mio del año 732, que estuviesen todos advertidos que yo no queria recibir carta alguna. Es infinito, respecto de mi pobreza, el dinero que me han hecho malvaratar las cartas. Pero lo que más lloro, es el infinito tiempo que he perdido en responder á ellas. Tengo existentes todas quantas cartas he recibido desde el año 725. Y de buena gana si me volviesen mis respuestas, pagaría el porte de mis mismas cartas que he escrito. Por el volúmen inmenso que hacen las cartas recibidas solo, podré conjeturar quan grande sería el voluimen de mis respuestas. Las cartas daré á peso de toro muerto, y con más comodidad que los embestidores de Quevedo vendieron al confitero sus villetes de estafar. Ni yo hubiera recibido tantas respuestas, si en España hubiere la costumbre que hay en el Perú. Allí no paga la carta el que la recibe, sino el que la escribe, al echarla al correo (LÓPEZ PELÁEZ: 1895,139141). 6. En SARMIENTO (2002,361362) Henrique Monteagudo dá a versión galega do prólogo deses dous tomos. 7. No ano 57 segue con certa paixón o acceso dun grupo de frades galegos á importantes Abadías. O 11.5 escribíalle a seu irmán: Escribieron también que Marín sería abad de Samos, pero siendo ya evidente que Losada será de Sahagún y Somoza de Valladolid, y un tal Arias Teixeiro, ribeirao,... abad de San Esteban, dudo que nos toque 4 gordas, y Marín duda lo mismo. Non só se conseguiu todo iso, senón que mesmo o Maestro Balboa chegou a Xeneral, segunda conta aquí na carta 5, cousa da que el tiña poucas esperanzas. 8. Para situar esta carta cómpre lembrar que Sarmiento tiña dende a súa infancia un especial cariño a este convento de clausura pontevedrés. Na Obra de 660 pliegos escribiu o seguinte: El año 1702, a mediados de octubre, vino la Armada Inglesa persiguiendo la flota española que venía a Vigo. Perseguida ésta, se retiró a Redondela, pasando el estrecho de Rande; pero la armada inglesa le pasó también, y en la concha de Redondela acometió a nuestra flota, y allí quemó nuestros naviós, que venían muy interesados. Así la quema no sucedió en Vigo, sino en Redondela?... ?el inglés no pasó de Redondela, y ninguno llegó a Pontevedra, pero a todos llegó el terror pánico. La gente de armas tomar bajó a Redondela, y la gente menuda de niños y mujeres, hueron tierra adentro. Sucedió que entonces había 40 monjas en Santa Clara de Pontevedra, y un día, al amanecer, todas las 40 monjas huyeron del convento, y se refugiaron al convento de San Pedro de Tenorio, en donde estuvieron unidas 8 u 9 días.
Aquí entro yo. Treinta y ocho monjas huyeron delante, y la abadesa y otra viejísima, se quedaron muy atrás. Yo por ser de 7 años, huí de mi casa al amanecer del mismo día; y al llegar al arroyo de Azaña, poco antes de Santa Margarita; y caminando solo, sin saber a donde iba, me alcanzaron las dos monjas, viejas y enfermas; y cogiéndome en el medio, para consuelo mío y de las dos monjas; por la regla general de que una mujer con un niño inocente de compañía, tiene más valor y camina más ufana; o por razón de la innocencia, o porque aun niño representaba hombre. Así pues, desde el dicho arroyo hasta Tenorio, fuimos caminando a pie por el Camino Real. De nada me acuerdo porque no vi objetos expectables en el camino, excepto las Pontes de Bora a una legua, que se mete en el río Lérez, y la entrada del monasterio de Tenorio. Llegué, con las dos monjas, a las dos de la tarde. Bajaron las monjas a recibir la abadesa, y también bajó el Padre Abad y otros. Yo me fui a coger castañas pues era 28 de octubre, y las daba para que me las asasen. Creo que un lego, que era conocido de mis padres, era el que cuidaba de mi (Obra de 660 pliegos. Col. Dávila XVII, 2º parte, ms.20396. fols 462v463r). Citado por PENSADO (1978,133134). En setembro de 1745, sendo xa un frade bieito de cincuenta anos e con moita sona entra nese convento e as monxas franquéanlle o arquivo. Estivo alí seis mañás e unha tarde revolvendo documentos antigos, explicándolles ás monxas o contido e tomando moitas notas do galego medieval (SARMIENTO:1975, 105r105v.; 154r158r) e é verosímil que pasase a despedirse cando o 29 de novembro sae despois de xantar para Madrid, porque menta este convento xá fóra das portas de Pontevedra. Nesas conversas escoitaría e falaría con elas dos problemas económicos do Convento e, verosimilmente, ofreceríase a intentar conseguila confirmación do Privilexio real, que viña dende Fernando IV (12951312), dos vinte homes libres de todos pechos y derechos, é dicir, de impostos para traballaren as propiedades do Convento. Como unha forma de lles devolvelo favor que lle fixeran ós sete anos. A xestión foi exitosa, porque en carta ó P. Rábago de 20.6.1747 cóntalle o seguinte: El convento de Santa Clara de Pontevedra caminaba a su total ruina y después que ellas tomaron en sí el gobierno, administración y economía de sus haciendas ha vuelto en sí en pocos años y hoy está en estado que Vª Sª no ignora. ¡Ojalá los barbados las imitasen en la administración de sus rentas, en la más que grifa custodia de los instrumentos y en la nimia escrupulosidad de sus gastos y limpieza de sus
91
Nº 363