38 SOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
,'Este ! acercamiento espiritual es operaci?n de tina : divina "en
d?smosis, por la que autom?ticamientieisentimos en nosotros la ag.i
. lidad de las ideas =que bailan en el cerebro de aquel a quien leemos
o~ escuchamos. , ?
Esto nos lleva de la, mano a'estudiar ?a La Iglesia en. 'su inte
rior. Todo en ' ?l fomentaba su inspiraci?n, pues disp?n?a de un
,
hondo sentimiento que, al simple contacto y contemplaci?n de la
naturaleza, surg?a en ?l el poeta, corno en la cuerda del viol?n surge
el sonido al contacto del arco, y a las caricias del sol "s? colore,a la.
gota y se abre la flor. Cautiva cuando canta y cuand? se queja;
cautiva por la fuerza l?rica con que escribe y siente; la viveza en
los giros gallegos, ` la frescura de las im?genes, cierto sabor arcai
co, ,a cancionero, la naturalidad de las transiciones y su lenguaje
po?tico, siempre puro, siempre castizo y pintoresco, nos le hace
amar como ?l amaba a la diosa personificada
?Cand'as nubes de prata cami?an . ; :
,espargendo seu ledo alborexo,
n'unha d'el?s, meu anxeI, te vexo
espallando rayolas d'amor.
E cativo d'un s?bito pasmo,
.erse uind o 'tu casta ~a~~~~ ~
P' g figura, a ti f
ani?a vista te parda n'altura
mentras morra o mleu peito de dor?.
Dec?a el P. Sarmiento que: '? No hay medio alguno entre ser
poeta excelente y ser poeta despreciable; y siendo esto nada' ape
tecible y aquello muy raro, sobre dif?cil, no hay median?a a que
aspirar? (1).
Este parecer basado en los testimonios de Horacio y Mabill?n,
lo vernos desgraciadamente confirmado por la experiencia hist?ri
ca, si bien esa excelencia a que alude el benedictino es una f?rmu
la dif?cil de graduar, pues que no todos alcanzan ni pueden alean
zar la cumbre. Confieso que 'La Iglesia, no es el genio, calificaci?n
hoy tan manoseada; pero fu? un l?rico elegante y f?cil de fantas?a
dulce y so?adora; " suave y sensible como un ni?o; y de vena,
sino profunda, delicada y viva, hasta: cre?rsele heredero de un poe
ta de la escuela salmantina. 1
.
;:?' ?
O~ 1. Memorias para la ' historia' de la poes?a y poetas espa?oles. Ma
ilrid MDCCLXXV, p?gina 3.
I