Los MONASTERIOS CISTERCIENSES GALLEGOS 79
El ,CG de 'C?ster constitu?a una reuni?n fraterna que man
ten?a vivo el esp?ritu de familia, estrechando los lazos de la
verdadera caridad entre todos los monasterios a trav?s de los
superiores. En un principio, la potestad suprema y derecho de
convocaci?n de los abades radicaba en el abad del Nuevo Mo
nasterio 2. Todos deb?an concurrir al CG en el d?a fijado, y le
deb?an obediencia y sumisi?n rendidas en todo lo concerniente
a correcci?n de faltas y abusos, as? como en la introducci?n de
nuevas observancias. Pero bien pronto esa potestadautoridad
pas? al propio CG, quedando atemperada en la persona del
abad del C?ster, quien ya no podr?a tomar en lo sucesivo nin
guna determinaci?n ?en los monasterios por ?l visitados?
contra la voluntad del abad local y de los monjes.
Estaba previsto, en caso de que el abad del 'C?ster se apar
tase del camino recto trazado en la Santa Regla, le llamar?an
la atenci?n los abades de las tres primeras casas de la Orden:
La Fert?, Pontigny y Claraval. En caso de que las amonesta
ciones de los tres abades resultasen infructuosas, no pod?an
proceder contra ?l con excomuni?n, sino dar cuenta al obispo
r de 'Ch?lons, en cuyo intermedio el CG no se tendr?a en C?ster,
sino en alg?n otro lugar a propuesta de los tres primeros aba
des de las casas dichas.
Los abades, que eran doce en 1120, subieron a cuarenta en
1130, y a trescientos en 1150, yendo progresivamente en aumen
to durante todo el siglo XII y comienzos del XIII. Sin embargo,
las ausencias comenzaron bien pronto a dejarse sentir, ora por
las excesivas distancias, ora por enfermedad, guerra o cualquier
otra causa razonable. En caso de no poder asistir el abad, pod?a
y deb?a enviar como delegado al prior, el cual deb?a manifestar
la causa de la ausencia de su abad. Cuando no asist?a ni envia
ba excusa razonable, entonces llov?an sobre ?l los castigos, tales
como suspensi?n del cargo por cierto tiempo, ayuno a pan y
agua, disciplina y otros. En estos casos se comisionaba a uno
de los abades m?s pr?ximos a la casa para hacerle saber el
castigo impuesto por el CG.
Desde el siglo XIII se comenz? a dispensar la asistencia a
los abades situados a grandes distancias. Los de Palestina, Siria
2 As? se denomin? en los primitivos documentos la casa madre de C?ster o
Citeaux, en Borgo?a, donde tuvo origen la orden.