VALLEINCL?N Y EL CONCEPTO DEL TEATRO 15
Cambados (Pontevedra) y parte de las tierras de Barbanza (La
Coru?a), a diferencia de "Divinas palabras", que se ubica ple
namente en las ?ltimas, en donde se localiza "Viana del Prior",
la villa feudal amada por don Ram?n, que en la realidad res
ponde a La Puebla del De?n y a La Puebla del Carami?al, fun
didas hoy en un solo n?cleo urbano.
En aquel escenario del valle de Saln?s se encuentra "Flavia
Longa" y el pazo "da R?a Nova" ?en la parroquia de Andr?s?,
del que forma parte la capilla de San Miguel, en donde tiene
lugar el sacr?lego robo que, en circunstancias verdaderamente
dram?ticas, reci?n sepultada "do?a Mar?a Soledad", llevan a
cabo sus bigardos hijos "don Farruqui?o" y "don Pedrito".
Aclaremos todav?a que el robo de la l?mpara de plata tuvo
su expl?cita realidad en la capilla de San Sebasti?n, de la in
mediata parroquia de Tremoedo, fundada en el siglo XVII por
don Antonio de Incl?n, el Menor, cuarto abuelo de don Ram?n.
Don Antonio de Incl?n hab?a viajado al Per? de donde regre
sara con una saneada fortuna, merced a la cual y con los ele
mentos arquitect?nicos de la de San Sebasti?n reconstruy? la
de la R?a Nova, a la que dot?, entre otros valiosos vasos y orna
mentos sagrados, con una l?mpara de plata, que, seg?n papeles
que hemos consultado en el mismo pazo, pesaba ciento dos on
zas. Con raz?n, pues, al referirse ValleIncl?n al saqueo de la
capilla en "Romance de lobos", pudo decir que, por fundaci?n,
esta l?mpara deb?a arder noche y d?a.
El robo de la capilla ha de integrarse, por tanto, dentro de
los cambios, mutaciones, sucesi?n de lugares, colorido, volumen
en el tiempo, etc., preconizados por don Ram?n, dentro del tono
l?rico, plasticidad y acci?n din?mica de los personajes del "Ro
mance" por ?l buscados, como parte integrante de la unidad
tem?tica y ambiental, sin los que aqu?lla quedar?a incompleta.
Se cumplen, pues, en esta obra, podemos a?adir que riguro
samente, las 'tres unidades de lugar, tiempo y acci?n de toda
tragedia que se precie de tal. As?, desde la primera escena, en
que se le aparece la Santa Compa?a a "don Juan Manuel Mon
tenegro", hasta la ?ltima, en que este pr?cer cae al suelo derri
bado por su propio hijo "don Mauro", se mantiene la intensa
conmoci?n e inter?s pretendidos por don Ram?n, y cada una
de las cuales es suficiente por s? sola para producir y mantener