10 BOLET?N DE LA REAL ACADEMIA GALLEGA
sab?a cargarlas de nuevos valores cercanos a voces m?s familia
res: as? nac?an un "a la letra", un "Pilatos azotaventanos" que si
no dejaban el c?ntico muy claro por lo menos lo hac?an un poco
m?s inteligible.
No s?lo los mareantes incultos ca?an en estos reajustes se
m?nticos debidos a la necesidad de reinterpretaci?n de mensajes
de dos comunidades ling??sticas diferentes, mal comprendidos
por los hablantes y necesitados de buscarle una exacta signifi
caci?n dentro de su sistema ling??stico tradicional. Tambi?n ?l
mismo, y no cree que estuviese s?lo, incurr?a en los mismos he
chos y recuerda sus lejanos d?as de estudio del Catecismo del
P. Astete. Aquella frase, que lleg? hasta nuestros tiempos, "no
me lo pregunt?is a m? que soy ignorante, doctores tiene la Santa
Madre Iglesia que sabr?n responder" (n.o 78) en el reducido
sistema l?xico de los ni?os de su tiempo la voz "ignorante" care
c?a de significado y se sustitu?a por otra, que el copista del ma
nuscrito nos ha escamoteado arregl?ndola, pero que sin duda
era mejor entendida por sus compa?eros de la escuela. Acaso
all? fuese "navegante, mareante" o algo por el estilo que no po
dremos saber con exactitud mientras no encontremos mejores
copias del escrito.
Adaptaciones de voces o frases ignotas le vienen al recuerdo:
la respuesta al Orate Fratres de la misa de aquel otro ni?o com
pa?ero de la escuela, que nunca se acordaba del "Suscipiat..." y
siempre se le trabucaba en "zuzu, zuzu y zuzupi" para terminar
en que el maestro mandase al "pauper" que diese al ni?o seis
zuzupicts. O la de aquel cl?rigo ropill?n de aldea que sustitu?a
inocentemente el "Domino tuo" por un "Demonio tuo". No ve
mos claro el significado de ese "pauper" pero parece voz de la
jerga estudiantil para designar al encargado de castigar a los
ni?os, y acaso el nombre haya sido motivado por el recuerdo del
vern?culo "pau" (n.o 79 y 80).
Otras veces es el recuerdo de un juego infantil de sentido
entonces ignoto y cuyo significado se le revel? en su primer
viaje a Galicia (1745). Hasta ah? no ha llegado la presi?n de la
lengua oficial pero s?, en cambio, las tinieblas del olvido. Nacida
todav?a en una ?poca en que el campo no estaba desgajado de
la villa ni hab?a un deslinde tan claro entre ambas esferas so
ciales, los ni?os cantaban: