EoLIT?N 1)E LA HEAL ...ACADEMIA G1LLEGA 269
o . espaso, refrega . d'astril troment?a
que a, terra en frang?llas s'empefraoij . trocar"f
tiene ; toda la, fuerza din?mica de un cantor 'de thinpestades, y
qui?n no siente el aliento de las brujas, o el estr?pito .de un?
visi?n,;:nocturna de seres humanos llamados al aquelarre en es
tos dos cuartetos, que encontr? entre otros, papeles fragmenta
rios del au tor?:
"As tr?boas tapuxan a luz das estrelas,
os aires baduan;;no fondo pi?a1,
xa o trasno ; fedella, batend'as tixolas;
sarelos e, forxas finxindo no.; lar.
?N'ouvis, mina.madre; con cruxas carpindo?.
?n'ouvis qu'agrimados :latrican os cans?
?n'ouvis? como fungan os gatos fuxindo?
somella que ehega deluvio d'arr?ns !".
Y de esta guisa tendr?a que citar toda,sn obra corno corn
probante de las afirmaciones hechas. As? no har? m?s que ci
tar su amor a los ni?os, a quienes frecuentemente exalt? comb
flores olorosas de su rosal l?rico. Cuando un ni?o pasa a mi
lado, dec?a Pasteur, me inspira dos sentimientos, la ternura, por
lo presente, el respeto por su porvenir. Debemos amar al ni?o
aunque sea ingrato, porque es d?bil, porque necesita de noso
tros, porque sus impresiones de hoy influyen e.n su ma?ana y
deciden su orientaci?n : futura; esta tendencia es indispensable
para los padres y educadores. Quien no tenga estos sentimientos,
no puede comprender a La Iglesia. Para aqu?l las ternezas in
fantiles, ser?a lo mismo quo hacer contemplar tin tapiz a tin
ciego.
Este lirismo se encerr? muchas veces en los c?rculos familia
res y muchas an?cdotas conozco que avalan mis palabras. Can
taba para los suyos, as? como para ellos refa y lloraba. Es la pre
ciosa intimidad del hombre, que se vuelve nifro y jueg? con las
flores y los recuerdos. Nad?e puede cultivar mejor su jard?n,
que estos poetas de coraz?n de oro; como pesados granos de
harina, van sembrando sus versos f?ciles y firmes, Helios y sa
brosos; tin vasto horizonte, las ruinas de tin molino, la. puesta