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EL P. FEIJOO FRENTE A MAQUIAVELO 75
sobre los principados enteramente nuevos, y sobre los pr?ncipes
y los estados, aduzco ejemplos eminent?simos; pues los hombres
caminan casi siempre ,por los caminos que otros anduvieron y en
' sus acciones proceden por imitaci?n... Unhombre prudente debe
entrar siempre en los caminos que recorrieron los hombres gran
des, aquellos cuya excelencia es digna de imitarse; pues de este
modo, si su virtud no alcanza a igualarlos, podr? por lo menos
ser un reflejo de ellos". , ,
Las ideas pol?ticas e historicofilos?ficas de Maquiavelo se ha
llan org?nicamente estrelazadas. Como historiador estaba tenaz
mente persuadido de que la Historia es la maestra de la vida, y
precisamente por esto no ten?a una clara idea del progreso. As?
en sus D?cadas mantiene su opini?n: '
Quienquiera que compare el presente con el pasado, se dar?
cuenta en seguida de que en todas las ciudades y en todas las
naciones prevalecen los mismos deseos y pasiones que han pre
valecido siempre; por cuya raz?n ser?a tarea f?cil para quien
examinase cuidadosamente los acontecimientos pasados, prever
los que van a ocurrir en toda la Rep?blica, y aplicar los remedios
utilizados por los antiguos en casos parecidos; o, de no ,encontrar
ninguno utilizado por ellos, emplear otros nuevos que hubiesen
podido utilizarse en circunstancias similares... Y como quiera
que estos acontecimientos los producen los hombres; cuyas pa
8ienes y disposiciones permanecen iguales en todas las edades,
originan naturalmente los mismos efectos.
Daba tal importancia al magisterio de la Historia que los
grandes males de los pueblos se los achacaba al desconocimien
to que las gentes ten?an del pasado:
Mas para ordenar las rep?blicas, mantener los estados, go
bernar los reinos, organizar los ej?rcitos, administrar la guerra,
Practicar la justicia, engrandecer el imperio no se encuentran ni
soberanos, ni rep?blicas, ni capitanes, ni ciudadanos que acudan
a ejemplos de la antig?edad; lo que en mi opini?n procede no
? tanto de la debilidad producida por los vicios de nuestra actual
1 eclucaci?n... como de no tener perfecto conocimiento de la his
1 a u de no comprender, al leerlas, su verdadero sentimiento ni
e1 esp?ritu de sus ense?anzas. De aqu? nace que a la mayor?a de
los lectores les agrada enterarse de la variedad de los sucesos
que narra, sin parar mientes en incitar las grandes acciones, por
, TUZgar la imitaci?n, no s?lo dif?cil, sino imposible; como si el eje
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