36 BOLET?N DE LA ACADEMIA GALLEG
DISCURSO DE S. E. EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA?
Senoras y senores:
Ciudadanos todos
Si trat?ndose de una figura aan excelsa nunca podr?a decirse
que todo estaba hecho, aun despu?s de o?r las palabras admirables
le?das por el senor presidente de la Academia Gallega y por el
alcalde die La C.oru?a, representaci?n el uno del cullo que guarda
y restaura la gloria y tradici?n, gallegas, s?mbolo el otro del poder
die la ciudad, que es orgullo de la regi?n, yo podr?a afirmar que,
despite's que ellos h?bl.aron, no me tocaba decir nada. El deber
m?o estaba cumplido con asistir, admirar, escuchar y comprender.
Con asistir, como representaci?n transitoria de la naci?n y del
Estado; en la primera para tributar homenaje a un de sus
hijos m?s insignes; del segundo para rendir testimonio de gra
cias a uno de ios prof?ticos precursores del regimen que sim
bolizo. (Muy bien. Aplausos).
Sin embargo, la modestia y ia bondad de los hombres que me
precedieron en el uso de la palabra, quisieron de m? que algo di.
jera, y entonces, puesto a pensar qu? podr?a deciros, dccid? esbozar
tan s?lo tres Pensamientos porquc Curros Enr?quez puede decirse
que es poeta civil, politico, regional y representativo; la impresi?n
que me ha prod?cido, y el defier que me trazan dos de sus poes?as.
Poeta civil, poeta politico, poeta simb?lico. ?Por que? As?
como en lo ?ntimo de nuestro ser se mezclan los tejidos y en la en
tra?a de la Naturaleza se combinan los minerales, en la esencia de
la poes?a, donde el g?nero .puro apenas s? puede darse sin una frial
dad acad?mica y rectil?nca que to mata, en el genio dc Curros En
r?quez se mezclan lo l?rico y lo ?pico. No es el gran poela por sus
propias cualidades personales, no es por el donaire, por el atrevi
miento de la?iron?a, no es por la bravura de la prolesta, no es por
lo enternecido del dolor; es porque lotto eso forma el espejo de un
alma individual que se abre para recibir el alma enlera de la rcgi?n
y devolver a ella la imagen fiel hasta ci m?s rec?ndilo de sus de
talles y la m?s viva de sus inquietudes. (Con una enorme ovaci?n
se acoge el p?rrafo). Es decir, que el hombre quc quicrc ser