56 joletin de la . kcademia Gallega
Reciba uno vez m?s. nuestra enhorabuena y persevere la . ciudad
de Orense en incluir entre sus festejos el cult?simo acto de los,Juegos
Florales.
DISCURSO DEL MANTENEDOR DE LOS JUEGOS FLORALES
DOCTOR D. MARCELO MAGIAS
SE?ORA:
Cumplo gustoso un deber de cortes?a apresur?ndome a rendiros
homenaje de profundo acatamiento. ?Qu? satisfacci?n la m?a en estos
solemnes instantes! Al. pie de la cuna en que os mecieron de ni?a, es
cuch? vuestros primeros vagidos, y hoy, al pie del trono que ocup?is
como reina del amor y la poes?a, oigo el murmullo que ensalza vuestra
gentileza y hermosura. Y al contemplaron formando con vuestras
damas de honor a modo de brillante constelaci?n en el espl?ndido cielo
orensano, di?fano, luminoso y puro como el de la. hermosa Provenza,
par?ceme ver cruzar por el azul del espacio; complacida y sonriente, la
nobil?sima sombra de Clemencia Isaura, seguida de gentiles y enamo
rados trovadores, que ostentan en el pecho simb?licas flores en se?al
de triunfo. Yo me complazco, Se?ora, en ofreceros mis respetos. Dig
naos aceptarlos, y concededme vuestra venia, para dar principio a mi
discurso.
SE?ORAS Y SE?ORES:
?Cu?n ajeno estaba yo de que hab?a de ejercer el cargo de Mante
nedor en esta solemne fiesta literaria! Persuadido de mis escasos mere
cimientos, ni por so?aci?n hubiera aspirado a ocupar un puesto que,
con ser tan alto de suyo, han enaltecido m?s y m?s en a?os anteriores,
con los encantos de su incomparable decir y las primorosas galas de
su peregrino ingenio, nuestra ilustre conterr?nea, la insigne y fecund?
sima escritora D.a Emilia Pardo Baz?n, y el profundo sabio y genial
dramaturgo D. Jos? Echegaray, que tanta gloria se han granjeado en
la rep?blica de las letras. Pero, bien lo sab?is, no vengo aqu? a satisfa?
c?r, aspiraciones o anhelos de mi voluntad, sino a. cumplir un deber,
que bien puedo llamar c?vico, deber tan imperioso como halag?e?o en
quien, como yo, tantos y tantos motivos de gratitud tiene para con el
noble pu?blo orensano, y que ?nicamente he podido aceptar, abrigando
la "esperanza de que en tan dif?cil empe?o habr?is de dispensarme,
como en oteas ocasiones, la m?s amplia.y generosa benevolencia.
A?n me parece estar oyendo los elocuentes per?odos en que el